domingo, 12 de octubre de 2014

La Fuente Iluminada 05

La Fuente Iluminada
(Continuación 2ª Parte)

Las cien batallas internas
Atravesar vuestra mente con la espada de la intuición y dictar el combate en el que la razón se empeña en discernir el plan oculto donde se esconde la fuerza de vuestro destino.
Esperanzas perdidas renacen al compás de vuestros corazones, que golpean fuertemente los tambores del tiempo. Ahora se os dice que el trabajo interno que estáis levantando está construido con la sangre ofrendada por vuestros sentidos. Huesos y carne forman las torres donde vuestros espíritus van a encontrar reposo, y esos despojos perdidos en las cien batallas internas de vuestras almas, son los compañeros silenciosos que os acompañan en este período de construcción.
(...)

La plaga que ejerce la oscuridad levanta el vuelo de sus insectos devoradores contra la siembra que fecunda vuestros campos. Todo queda trillado, comido y destruido. Las mil patas y mil bocas que succionan la vida germinada, destruyen todo aquello que tocan. Pero la tierra está ahí, profunda y silenciosa, plena y protegida, generadora de la vida que surge del surco regado con agua viva y que hace resplandecer todo lo que se expresa a través de ella.
Arrancar los ojos a la justicia y velar por la luz que guía el justo equilibrio. No deteneros ante formas extrañas presentadas alternativamente a vuestra mirada. Anudar dentro de vuestra alma las experiencias vividas, porque en ellas está el secreto que encierra vuestro destino.
Alfa y Omega surgen en vosotros en confusión, pero la mente en equilibrio encuentra el Aleph donde todo es en su justa medida. Encontrarlo ahora, porque es ahora cuando vuestros ojos tienen que descubrir en qué punto se esconden la llave y la puerta, ya unidas, que abren la esfera que os mantiene aprisionados todavía a este plano.
La Esperanza, una flor solitaria
La esperanza renace fuera de lugar como una flor solitaria que crece en desolados parajes. Guardar dentro de vosotros la simiente que la hará nacer después del paso de la tormenta que se avecina. Fecundar la tierra en la que debe de ser sembrada, con la fuerza que os da la comprensión de los hechos que estáis viviendo ahora.
Fuerzas superiores están marcando el ritmo de los eventos y a pesar de que todo os pueda parecer confuso y angustioso, hay marcado un sendero de luz entre las tinieblas que ahora rodean al planeta, y ese sendero os conduce hacia el amanecer del nuevo día de la Aurora.
Sólo aquél que os guía sabe lo que está preparándose en los cielos, pero ese mismo conocimiento le impide actuar fuera de sus límites. Sólo cada uno de vosotros con vuestros actos y vuestras decisiones eleváis o descendéis vuestras notas vibratorias, y él debe de respetar esta verdad.
Las pruebas destruyen o enaltecen según sean aceptadas y dirigidas. Aprender de las que se os dan para vuestro provecho, y no dejar que vuestro sentido de lo humano os cierre los ojos a vuestro sentido del alma. El alma aprovecha cada segundo de experiencia. Cada detalle insignificante que aparece en un sólo minuto, una sola mirada de una expresión determinada, un cambio en el matiz de la voz, un gesto, el movimiento de una mano, es suficiente para que vuestra conciencia aprenda algo en ese momento.
Las limitaciones y contradicciones de todos aquellos que ahora comparten con vosotros esta vida actual, los miles de argumentos que se pueden aducir al intentar explicar las causas de las reacciones humanas y sus motivaciones, pueden ser innumerables como innumerables son los elementos que forman vuestra humanidad.
Pero la ley que trasciende todo este engranaje, el equilibrio perfecto que conserva el movimiento celular viviente, es algo de lo que todavía no podéis ser conscientes, al tratar de analizar las causas que conmueven vuestra realidad. 
La Ley es una: la perfecta armonía. Ahí encaja cualquier esquema en su máxima pureza de interpretación. Por eso os decimos que tratéis de hallar entre los esquemas actuales en los que se divide vuestro razonamiento, aquellas premisas divinas y eternas que se superponen en el sentido de la comprensión, por encima de los límites forzosos de vuestro pensamiento encarnado.

El Alfa y el Omega
Se os ha dicho que Alfa y Omega unidas forman el círculo de trabajo en el que todo queda inmerso. Ahora, ya unidas  esas dos puntas de vibración, la acción necesita del trabajo individual en el acrecentamiento de la conciencia, para adquirir el tono necesario para la manifestación posterior.
Llamad a todo aquello que os pueda ser útil para ayudaros en el camino de la ascensión, y no dudéis de que la acción es propicia para hechos inesperados y relevantes que pueden romper las barreras racionales con las que, todavía, algunos limitan su realidad diaria.
Ser sabios en la pequeñez de los acontecimientos del vivir, encontrar la luz interna que va implícita en los sucesos de cada día, llenar de amor los huecos que producen la tristeza y el dolor, y conservar la inocencia y el candor del niño que sabe que el Padre protege y cuida cada uno de sus pasos.
Tenéis que saber que ahora, en este momento, las fuerzas naturales que rigen el plano físico están siendo aumentadas en sus ondas de vibración, y están siendo dirigidas en esa longitud especial por las mentes de todos aquellos que trabajamos en la ejecución del Plan del Padre.
Vuestros cuerpos físicos acusan este desfase de proporciones, y es por ello que todos estáis alterados en vuestro acontecer diario. Las fuerzas van a ser más aceleradas todavía, os lo queremos prevenir, pues así conviene para la preparación que necesita la Humanidad para poder ser receptáculo del Rayo Crístico que, en momentos muy cercanos ya, llegará a alcanzarla.
Por eso os decimos que trabajéis con la conciencia de éste acontecimiento dentro de vuestros corazones, porque es necesario que todos aceleréis vuestra vibración en lo más que podáis, para seguir de forma acorde el proceso de preparación de la llegada de la Luz Mayor.
Aquello que estaba en etapa de prueba ha sido determinado y resuelto y ya está listo para su ejecución. Las hordas de la luz están preparando sus planes para que pronto pueda materializarse, ahí en vuestro plano, una perfecta disposición de trabajos a realizar por todos vosotros. Cada cual tiene su misión exacta para cumplir, nadie podrá hacer el papel que le corresponda a otro, porque para poder hacerlo se os ha estado preparando a lo largo de muchos años.
Entenderlo bien. Cuando os hablamos sobre el Alfa y el Omega os estamos comunicando la esencia del Plan. Arriba se dispone, abajo se ejecuta, y de la creación resultante surge la idea divina que encierra en su círculo todo lo que se ha intentado manifestar.
¡Cuanta sabiduría se encierra en la idea del Padre!. Llenar vuestra alma de gozo al poder entender, aunque sea ligeramente, cómo se realiza la idea de creación proyectada y cómo es de necesaria la disponibilidad de aquellos seres encarnados que tienen que estar dispuestos a afrontar su responsabilidad en este trabajo de complementos.
Esferas de la cuarta dimensión

Las esferas correspondientes a la cuarta dimensión, que es el paso siguiente que debéis de alcanzar, tienen su punto de gravedad en una nota 1/4 de escala mayor, es decir, más alta, de aquella en la resonáis ahora.
Para que podáis subir el tono de vuestra propia nota personal y podáis sumarla a las otras notas de todos aquellos hombres que logren hacerlo, es que se está preparando todo este plan de trabajo. La propia nota del planeta es imposible de emitir en solitario si no es ayudada por el coro de todas aquellas notas que los hombres han logrado alcanzar.
Vuestro planeta está enfermo de falta de energía mental. Sólo, no puede bastarse a sí mismo. Y puesto que vosotros sois las antenas por las que capta la energía del Universo, y esas antenas están deterioradas y sin conexiones en su mayoría, es que se necesita la colaboración de hombres con la capacidad mental suficientemente desarrollada para que canalicen, hacia el centro de su planeta, toda la energía creadora que ellos están dispuestos a asumir en su trabajo de evolución personal.
Esta energía ayudará a dar el salto a la propia energía que se encierra dentro de ese ser al que llamáis Tierra, y éste ser enfermo podrá alzarse sobre sus niveles y proyectar su propio sueño hacia un espacio superior, acompañado de aquellos que han sido común con su causa y servido de ayuda.
Luego vendrá el aprendizaje en la nueva dimensión del nuevo orden. La palabra allí ya tiene función propia y es necesario usarla con sabiduría para que su acción sea correcta. El pensamiento es nítido y claramente sentido y razonado, y las esferas correspondientes al amor fraterno alcanzan una expresión más perfectamente ajustada. 
Sólo la luz que sirve de puente es el paso a ésta nueva dimensión, la luz que tenéis ahí encerrada todavía y que tanto os cuesta comprender y usar. Ampliar vuestra percepción de las cosas que os rodean, de los cielos que os cubren, de los aires que os envuelven, y podréis comprender la maravilla del sueño que penetra cada cosa que vuestros ojos contemplan y que vuestro cuerpo material siente.
Cada cosa os es dada para que penetréis en su símbolo y en su esencia. Si vuestra mente razona con el suficiente desprendimiento de todas aquellas causas personales que obstaculizan la perfecta comprensión de lo que verdaderamente ES, podréis alcanzar con más facilidad los puntos claves de la enseñanza del trabajo interno, el único camino que conduce a las eternas moradas de la luz.
La comprensión sola no efectúa todo el trabajo, pues la práctica del amor en total desprendimiento es el otro platillo de la balanza y, en el centro, la conciencia plena del paso de la luz por vosotros. Esa luz divina que os envuelve será acumulada si sabéis conectaros con ella. Abrid, pues, vuestros sentidos y lanzaros a soñar vuestra creación de este Universo infinito, en donde los seres cantan su canto de vida.
Vuestra estrella es un ser solitario y terriblemente afligido. Su evolución está retardada por conflictos internos que han desviado la energía que recibe del Universo, por largos períodos.
La raza humana, ese privilegio único concedido por Dios, ha sido cruel y se ha permitido olvidar su procedencia y su lugar de destino. Todos los otros hombres que poblamos los mundos superiores, hemos decidido prestar ayuda fraternal al proceso detenido del planeta y servir de puente con vosotros para que el conocimiento del paso siguiente a dar sea difundido, comprendido y alcanzado. Sólo así, en estrecha colaboración, es que se podrá lograr saltar el abismo que ahora os separa y que hace que sea tan difícil para todos alcanzar la victoria en esta batalla.
Todas nuestras posibilidades de desarrollo en nuestra propia evolución depende de lo que ahí hagáis vosotros. Podéis comprender el interés y los desvelos que nos tomamos para que el éxito os alcance con la mayor rapidez posible, y podáis ser integrados a la cadena de la Humanidad que asciende hacia la luz.

La mente humana
El pensamiento humano se emite en una onda normal de muy baja vibración, pues los desórdenes internos de cada ser impiden que su potencia mental sea lanzada con su capacidad total de onda.
Ahora bien, debéis de saber que cuando uno de estos seres empieza a conseguir vibrar en escalas superiores y la onda que emite su pensamiento se acelera en su trayectoria, es entonces cuando el instante de creación aparece y permanece dentro de la mente, esperando realizar su función mágica.
Es el instante mismo en el cual el pensamiento se inhibe y sólo la más pura intuición es el rayo de la luz. Esa intuición pasa a la onda cerebral y, si logra ser emitida, se produce el milagro de la transmutación de la energía. Normalmente, esto no se produce.
Los seres humanos no perciben éste primer impulso de la intuición divina que se encierra en ellos y, si logran sentirlo, lo descartan rápidamente como algo a lo que no hay que hacerle caso, como algo inútil. Y ahí está la esencia de todo, ahí está encerrado el misterio.
El estrecho margen que existe entre la idea y el pensamiento, el primer rayo de luz que penetra con claridad dentro de la mente, debe de ser retenido y profundizado en ese mismo instante, con la mayor rapidez y claridad  posibles. Así, detenido en la mente aunque sea por breves segundos, la idea amplía su forma y transmuta al siguiente pensamiento consciente que le sigue, transformando la energía de la luz que se encierra en todo el proceso.
Pensarlo despacio, pues creo que vais a lograr entenderlo. A esto le sigue el lanzamiento de la idea hacia el exterior, bien por la acción o por la palabra. Lanzamiento hecho con la fe y la seguridad total de que la idea será conseguida, y por éste proceso se van logrando superar los niveles que rigen la actuación normal humana sobre el planeta, y la función de la mente aprende a superar los límites que la tienen disminuida.
De ésta forma, se pone en movimiento la rueda de la evolución universal tal y como el Padre la proyecta, y el sueño de vuestras mentes adquiere mayor relieve en sus imágenes. La determinación de vuestras voluntades aumenta la proyección con un contraste mayor de la luz sobre estas imágenes, y ésta fijeza queda almacenada en el éter hasta que el trabajo total de vuestra autocreación esté conseguido.

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