La Fuente Iluminada
(Continuación)
El misterio de la
Luz Crística
Nos preguntáis sobre el
auténtico sentido de la
Navidad, y esa pregunta nos resulta muy grata, porque es en
el simbolismo de lo que verdaderamente significa esa palabra que todo nuestro
trabajo adquiere sentido.
Escuchar: el misterio de la luz
crística hecha hombre y encarnada en el más bajo plano material, es la piedra
clave de todo el Plan del Padre para el universo en creación. Desde el punto
originario todo se predispone, actitudes y circunstancias, leyes y
coordinaciones, ideas y principios, para que la idea divina en su primera
esencia al crear sea trasladada en su caída ascendente a través de las esferas,
para que sea realizada en el instante mismo en que se consigue la materialidad.
(...)
Ese espíritu crístico, esa luz
de vida divina, es la meta a alcanzar por todas las criaturas creadas.
Nosotros, al igual que vosotros, centramos nuestras energías en el trabajo que
nos va a llevar a conseguirlo. No somos diferentes a los propósitos de vuestra
realización, nosotros somos también parte de la Humanidad, una parte más
antigua y por lo tanto en un nivel más cerca de esta meta a conseguir. Y
también formamos el coro de peregrinos que asciende por la luz hasta conseguir
alcanzar su punto primero. Esta realidad crística es la eterna verdad repetida
a través de los mundos habitados por el hombre, y hacia ella nos dirigimos
cogidos de la mano, cada uno en su nivel, en una fraternal cadena que nos une a
todos con los eslabones del amor.
Ahí, en vuestro mundo, el
Maestro Jesús pudo alcanzar esta realidad y hacerla viva en él. Fue así porque,
una vez demostrada su capacidad de sacrificio y su alto estado de conciencia,
pasaría a ser el maestro dirigente de toda la avalancha humana que tendría que
avanzar por el camino que él trazó.
Es ahí donde encaja nuestro
trabajo. Ese trabajo que, ineludiblemente, nos mantiene unidos a todos, a los
de arriba y a los de abajo, en una labor de creación de ayuda mutua para poder
seguir avanzando hacia El conjuntamente. Depende tanto de lo que ahí hagáis
como de lo que nosotros hacemos aquí, y es la labor conseguida en plenitud de
conocimiento la que nos permite a todos ahondar en la conciencia, siendo el
servicio por amor lo que hace que nuestros esfuerzos se unan y sean adaptables
en su resonancia.
Os decimos más: es imposible
avanzar en éste trabajo sin crear una trama laboriosa, un tejido construido por
los esfuerzos sólidamente ensamblados de ambas partes, trama que construirá la
consistencia de la realidad creada, y ésa consistencia sólo será válida si su
enfoque es dirigido hacia el mismo Cristo, el señor del hombre.
La luz que encarnó en vuestro
mundo a través de los seres que tuvieron la capacidad de saber ser recipientes
de ella, espera el momento de aparecer de nuevo brillando con más intensidad
aún. Ahora no sólo será vivida por esos seres especiales, sino que su destino
es ser alumbrada por los corazones de todos aquellos hombres cuya pureza en la
mente y en la conciencia le sirvan de cuna en este nuevo nacimiento. Y será un
diciembre de horas mágicas cuando la luz del Cristo brille de nuevo en la Tierra, y el paso alcanzado
por vuestra humanidad nos permitirá también a nosotros ser más pronto Luz en
El.
Sobre la
Nueva Era
Esperáis que la vida discurra
en un placentero devenir y no os dais cuenta de que ya no puede haber lentitud
en ese discurrir, pues el tiempo está siendo usado para la rápida sucesión de
los acontecimientos, y en ello mismo estáis incluidos vosotros y vuestras
vidas.
Esperar la mañana en la que el
sol brille por encima de todas las cabezas y alumbre la Nueva Aurora que va a
traer al hombre la paz de los tiempos soñados. Nubes de tristeza os envuelven
ahora y os llevan a un estado en el que perdéis la idea de lo que os une al
poder creador. Vientos helados surgirán de esas nubes y os arrastrarán gimiendo
a través del mundo sin poder escapar a ellos. Las aguas revolverán la Tierra y todo se
desmoronará para ser construido de nuevo.
Los Hermanos están decidiendo
lo que va a ser el destino del hombre. Rápidos vienen los sucesos y las
decisiones tienen que ser rápidas también, para que los acontecimientos que
tienen que remover las conciencias sean ajustados a la Ley y todo se vea cumplido.
Mirar que el hombre anda a ciegas sin saber el alcance de sus obras, pero los
que desde arriba ven y oyen alcanzan a comprender que los despropósitos pueden
afectar de forma grave a toda la cadena, y esto no puede ser permitido.
Las manos que determinan están
ya elaborando un plan que, de resultar ser llevado a la práctica, va a ser la
única solución que se pueda desear y permitir. Aquello que se decide está
siendo autorizado por los Hermanos Mayores que rigen los destinos universales,
y todo concuerda en las altas esferas como debe ser. Cada cual coordina y
ejecuta desde su puesto, y las funciones se complementan en el orden emanado.
Las naves están preparadas y
como caballos de libertad están a punto
de correr hacia la luz. Esa gran luz que os cubrirá y que anulará la otra luz
de destrucción que os tiene que llegar antes, la luz que el hombre no puede
controlar y que va a ser la causa de su destrucción. Allí estaremos nosotros
con los ojos alertas para que aquellos que nos pertenecen sean preservados del
desastre final, y puedan ser llevados al espacio reservado desde siempre para
ellos y en donde serán de nuevo armonizados. Procurar que el pánico no sea
profundo para que esta misión se pueda realizar, y procurar también que en los
corazones de los que nos vean sean más fuertes el amor y la confianza, que el
temor ante lo desconocido.
Las huestes celestiales están
siendo apresuradamente movidas por la mano que teje el devenir del Universo.
Las fuerzas son grandes en la preparación de lo que se avecina, y nosotros os
decimos ahora, hermanos, que toda gloria que se deba lograr debe de ser
sufridamente alcanzada para que su realización esté compensada. El Padre ha
decidido acortar las fechas en que la mano que cubre al planeta sea retirada.
Por el aire cabalgan los vientos de la renovación de las estructuras, y todo lo
que ha de venir depende de la construcción que se determine ahora.
La consecuencia de los hechos
futuros son dependientes de las formaciones programadas que la función de la Ley ejecuta en su creación diaria. Comprender
este movimiento de la energía y acoger este ritmo en el diseño de vuestra vida
personal, porque tendréis que actuar con el conocimiento justo del momento,
dentro del acorde que establece el equilibrio armónico entre el deseo y la
acción.
Se acerca el momento de la
acción rápida y nada debe de sorprenderos cuando llegue a vosotros de forma
intespectiva, porque vuestros cuerpos internos ya estarán acordes para recibir
los acontecimientos y podrán saber cómo reaccionar y lo que es necesario hacer.
Estar preparados a los grandes cambios que se avecinan. Sólo el amor y el
servicio deberán de ser vuestro guías en las decisiones que tendréis que tomar,
y sólo la ayuda al más débil será lo que debe de prevalecer.
La mente se proyecta por encima
del tiempo y del espacio y allá donde os encontréis, allá nuestra luz os
encontrará. Sólo el amor hacia nosotros y la fe en el contacto es lo que debe
de guiaros, dejar que nosotros decidamos qué es lo oportuno a hacer. Saber que
aquél que espera ver la imagen de la luz reflejada dentro de su corazón, tendrá
el sol encerrado en su pecho. Y la energía que se desprende de la mano del
Padre acariciará aquél calor divino interno. Ser capaces de comprender.
La información que debéis saber
Nada de lo que se le ha dicho
al hombre desde nuestro plano ha sido entendido con la claridad y la pureza
prístina con que fue emitido desde nuestra fuente. La información que
necesitáis saber en cada paso del trabajo personal y colectivo, os va siendo
enviada por los hermanos al cargo de este trabajo de ayuda en el amor. Pero
vuestras mentes están condicionadas por los innumerables filtros de cada
personalidad establecida, y es por ello que sólo una imagen vaga e
indeterminada de lo que se os quiere transmitir, es el resultado que se
alcanza, a pesar de partir de una nota vibratoria alta y enviada en plenitud de
potencia.
Los parámetros en que nosotros
nos movemos hacen que sea difícil, a veces,
el coordinar dentro de vuestros límites físicos la perfecta conexión. La
luz es el vehículo de transmisión, y aunque esa luz esté desarrollada y brille
armónicamente dentro de vuestro ser, las limitaciones de vuestra propia
naturaleza sirven de barrera a la comprensión total de algo que os es enviado
en perfección.
El destino del hombre es
complicado en estos momentos. Las posibilidades que están encerradas en el
concepto de Cambio de Era son tan infinitas como infinitos son los procesos
mentales de los hombres que las crean. Sólo vosotros podéis determinar con
vuestras mentes el destino que os espera, pero como esta determinación está
tomada de forma inconsciente por la colectividad, no obedece a un proceso
lógico y racional en el que se pueda prever el resultado final del trabajo.
Las conciencias que sí saben
cómo ordenar sus pensamientos y enviar sus emisiones de rayos positivos que
ayuden a tonificar al planeta en este momento tan importante, aún siendo
muchos, no son suficientes para poder predecir un resultado seguro. Es por eso
que el proceso sólo se va a poder contemplar siguiendo la línea de cada
momento, y esperando que el esfuerzo de unos pocos incline la balanza hacia una
toma de conciencia mayor, donde el hombre común sea capaz de comprender que
sólo de él mismo saldrá el resultado de una creación positiva de cambio.
Pueden ocurrir todas esas
desgracias y catástrofes que los alarmistas predicen, pero no es obligatoriamente
necesario que sea así. El cambio también puede efectuarse por un proceso
natural de selección rápida, donde las fuerzas armonizadoras se encarguen de
dirigir las energías con un movimiento suave y paulatino, ayudadas por las
energías humanas. Sólo la luz y el amor aplicados como energías en todos los
elementos vivos, son los que darán un cambio aplicado con la garantía de un
final feliz. Pero hasta que ésto sea comprendido, las posibilidades están
abiertas y en el aire, a la espera de lo que el hombre quiera hacer.
Os decimos ahora: no penséis en
desgracias, no penséis en cataclismos, no los atraigáis. Si la voluntad es
firme, la decisión de ir a una transmutación a través de la subida vibracional
que supone entrar en una dimensión superior, puede ser algo tan grato y
completo, como es la caricia de la mano de un padre que ayuda a su hijo a
aprender a subir un escalón más de la escalera. Pensar que el proceso en sí
mismo es perfecto. El Plan del Universo es perfecto. El Padre es perfecto. Y la
perfección no es dolor. Dolor es la ignorancia de no poder comprenderlo, la
ignorancia de no querer hacerlo. Pero en el buen hacer, en la buena voluntad,
está la resolución de todos los problemas por grandes que parezcan, una
resolución que os llevará a todos hacia la sabiduría.
La libertad del alma
La comprensión de los nuevos
valores espirituales ya están libres de los rígidos contenidos de las
religiones, y va desplazando las ideas estancadas haciendo florecer el canto de la libertad del
alma humana.
Todo aquello que sirvió en su
día para establecer las premisas con que la vida del hombre fue dirigida hacia
su realización en el mundo espiritual, ha quedado empequeñecido ante la visión
inmensa del orden nuevo que ya está tratando de manifestarse. Todo el amor y la
luz que los seres elegidos trajeron a este mundo en tiempos pasados, como
mensajes que sirvieran de foco de luz para el que quisiera encontrar al Padre,
han quedado cortos ante la demanda de la espiritualidad que debe de dirigir
ahora los caminos de la
Humanidad.
La paz que Buda enseñó, el amor
que Jesús derrochó a manos llenas, la luz que Krishna introdujo en el
pensamiento humano, deben ahora conjuntarse uniendo sus frecuencias
vibratorias, y trascender su propia naturaleza
proyectando esas energías unificadas hacia un nivel de un orden más
alto, en donde esos focos de luz se puedan desarrollar en conceptos de máxima
pureza mental. El Plan necesita de ésta sublimación, pues el orden nuevo
demanda acción total en el esfuerzo de la potencia creadora del hombre, y esto
sólo se puede conseguir entendiendo en su más profundo sentido aquello que los
seres angélicos enseñaron con anterioridad.
Jesús dijo: por sus obras los
conoceréis. Y es que la
Nueva Era se podrá conocer por los actos que realicen aquellos
que trabajen en abrirle camino, y sólo por esas obras es que ese nuevo estado
de conciencia llegará al mundo material. Asumir cuanto antes esta necesidad y
reflejarla en la imagen que se proyecta en el aire, para que su impulso creador
se transmita por la luz a todos aquellos que puedan ser receptores de la nueva
obra.
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