domingo, 21 de junio de 2015

La Fuente Iluminada 16

La Fuente Iluminada
(continuación)

Cuarta Parte
(continuación)

 Sobre la Luz


Los rayos de la luz son enviados de forma permanente a través de todas las esferas que componen los universos. La luz es la misma en todos los planos de todas las dimensiones, pero su manifestación puede variar según sea la densidad de la materia que la refleja.
(...)

La energía emanada que se encierra en ella, sólo permite salir al exterior aquella manifestación que se adecua a la vibración de la materia que la recibe, y que tiene que resultar armónica en su reflejo. Por lo tanto, las potencias no reflejadas por ese tipo de materia quedan encerradas dentro de la misma energía, sin sufrir variantes en su naturaleza, en espera de que esa misma materia sea transmutada y pueda alcanzar una nota más alta que le permita recibir las otras cualidades de la luz a las que antes no tuvo acceso.
Esta funcionamiento de la energía permite que los átomos de cada ser reciban sólo aquellas condiciones vibratorias de las que es merecedor, y de esta forma se respetan los niveles particulares de cada ser, sin causar trastornos a aquellas otras naturalezas que no tienen capacidad de poder recibir más. La Ley es así cumplida y cada ser recibe aquello a lo que es acreedor por su capacidad de recepción espiritual de la luz.
Cada ser llena sus necesidades de la misma energía, pero ésta puede ser diferente en el desarrollo de sus manifestaciones dentro de cada uno en particular. Por eso, aquellos que van adquiriendo la sublimación de sus formas van adentrándose en niveles superiores de vibración de luz, donde al principio de ir sintiendo la fuerza de estos niveles, sus naturalezas son permutadas con pequeñas variantes que les pueden hacer sufrir alguna alteración de sus funciones normales, pero a las que se habitúan hasta llegar a integrarlas en ellos mismos en total perfección.
Ésta nueva luz adquirida en un nivel superior permite que las conciencias de estos seres vayan profundizando en el nuevo reflejo con que la luz es emitida, y se enriquezcan con nuevas experiencias tanto físicas como espirituales, en las que las funciones internas se van definiendo con mayor claridad y nitidez. La superación se estos seres se hace evidente a los ojos de aquellos que saben conocer el resplandor de la luz, y entre todos ellos se genera entonces la nota armónica que refleja la ascensión de un peldaño más superado en el camino hacia el Padre.
Todas las obras humanas corresponden a la imagen externa del reflejo de esa luz dentro de cada ser. Por eso se dijo: "por sus obras los conoceréis". Los actos de todos los seres son la exteriorización de esa potencia de luz que en ellos se encierra, y esa manifestación no puede  ser ocultada ni desvirtuada, pues su reflejo es siempre proyectado en la verdadera naturaleza del orden interno.
Cuidar que la luz que estáis recibiendo dentro de vuestras almas sea reflejada en vuestros actos con toda la intensidad con que la recibís, y no permitáis que la ignorancia detenga temporalmente en los oscuros recodos de una voluntad mal dirigida, la manifestación correcta en total luminosidad en esa esfera en donde proyectáis vuestros sueños.
A cada ser, su luz. A cada hombre, su esencia. A cada luz, su ser y su esencia. Ésta es la Ley. Cumplirla con fe.

Si pudierais ver…
Si pudierais captar las maravillas que se encierran al otro lado de la mente, si pudierais penetrar en el misterio que nace del punto primero de la energía creadora, todo vuestro ser saltaría en mil fragmentos convertido en polvo de estrellas nacientes, expandiendo su esencia en un canto prolongado, del cual nacerían las constelaciones y los mundos. Si el ser real que hay dentro de vosotros alcanzara a ver tal magnitud, todo quedaría desvelado ante vuestra mirada absorta, y seríais llevados al máximo gozo al poder contemplar la inmensidad encerrada en la Obra.
La tela se teje, se repliega, se extiende, se adorna de miríadas de luces brillantes, de tornasolados colores en donde la luz vuela de un punto a otro adquiriendo nuevas tonalidades que hacen resaltar matices todavía inéditos. Es tanto el esplendor, que al alma se turba ante tal despliegue de fuerza manifestada, y sólo el canto que sale del corazón que ama es capaz de poder contemplar esta catarata de energía sin desfallecer.
El amor hecho luz se dispara a velocidades inimaginables y recorre en espirales perfectas todas las dimensiones en el mismo instante, como un relámpago enriquecedor. La luz se convierte en sonido, y su voz tiembla entre acordes no soñados, acelerando sus cadencias y entonando ritmos nuevos por donde la armonía alcanza el conjunto de mil voces resonando al unísono en un acorde perfecto.
Todo es un estallido de fuerza, todo es el misterio proyectado, todo queda encerrado en sí mismo. Y ésta esfera perfecta compuesta por la totalidad de los universos, se desliza entre las manos del Padre, que sonríe y se regocija ante su visión. Tal es la Obra. Tal es el Creador. Tal es el amor hecho luz. Y en ello estamos nosotros como un proyecto de otras manos que ayudarán a deslizar la esfera.

Sobre esferas espaciales


 Escuchar aquello que debéis de saber: Las esferas espaciales que conforman un universo, no sólo no pueden existir en solitario, sino que dependen en su proceso de evolución de la relación cósmica que mantengan con las otras esferas de ese universo circundante.
El tejido de la trama que conforma un universo es un tejido laboriosamente labrado por los programadores divinos, que cuidan de que cada segmento que interviene en la creación de esa malla que sostiene la Vida, sea transformado dentro de su movimiento cósmico. Dentro de ese movimiento quedan comprendidos todos los seres que habitan ese universo, bien sean soles, planetas o galaxias, en cualquier fase de su evolución personal. Esa trama, decimos, está diseñada bajo estructuras perfectas y no se puede, por lo tanto, interferir en ninguno de los puntos en donde la expresión de Vida es manifestada.
Cada cuerpo debe de tener su trayectoria personal y otra trayectoria conjunta, en donde intervienen los factores que también alcanzan con sus efectos a los otros cuerpos que lo rodean. Por ello, cuando hay interferencias extrañas al proceso personal de un cuerpo determinado, se pone en movimiento un plan de defensa colectivo que intenta cortar esa interferencia, para que así no pase a afectar también a la otra línea evolutiva comunal.
Todo esto que os explicamos es para que podáis entender lo que está sucediendo ahora en la Tierra. Si vuestro planeta distorsiona su dirección evolutiva, no sólo destruye las posibilidades correctas por las que él debe de alcanzar su realización, sino que destruye también las posibilidades de aquellos otros planetas que le corresponden en el símbolo numérico al cual pertenece. Esto no puede ser permitido. Esto es una aberración que puede destruir millones y millones de líneas direccionales correctas. Por lo tanto, nos interesa a todos que vuestros errores no pasen de ser vuestros, y no sólo eso, sino que sean los menos posibles para que el equilibrio pueda ser controlado todavía.
 

Los mundos del cosmos
Como os decíamos, las esferas en las que se debe de desarrollar el Plan del Padre en lo referente a la manifestación de la Vida, se dividen en 7 grandes clases. La primera de ellas corresponde a la inversión de la energía desde su punto primario, y es allí donde se invierte la imagen, que queda replegada en sí misma a través de la nota FA. Esto sucede de forma instantánea. La acción se precipita a sí misma, luego se contrae y alcanza su punto máximo de intensidad dentro de su orden consecuente.
La segunda esfera corresponde al proceso de expulsión de la energía. Llegado a un punto preciso la concentración del repliegue anterior, surge la nota DO que proyecta la energía hacia un círculo exterior, donde actúa conformando los límites de su fuerza motriz. Allí queda en reposo por breves instantes, esperando que surja otra nota nueva de esta reposo, otro DO en diferente escala, que hará que la energía cobre nuevo impulso para ir descendiendo en suave espiral, formando así sucesivamente las otras cinco esferas siguientes.
El movimiento impulsor del primer estadio sólo lo proporcionan las notas FA y DO. Luego, a través del segundo DO, surge la cadena de fuerza que va a llevar esta inercia hacia los mundos de creación. Después, van sucediéndose las esferas de diferentes estadios de conciencia, van creándose mundos mentales en diferentes niveles, mundos de color y de belleza en donde la idea humana de lo divino no tiene cabida.
Luego, la onda primera va cobrando densidad hasta alcanzar los llamados mundos astrales, en los que la imagen reflejada empieza a adquirir la forma, y de ahí comienza el maravilloso universo de todo lo soñado como posibilidad de apariencia de forma, contenida dentro de unos límites físicos que la configuren como objeto o cuerpo material.
Después se pasa al mundo material concreto. No todas las formas astrales alcanzan la posibilidad de llegar a ser materializadas, pues tan sólo una pequeña parte de todo este infinito mundo es capaz de ser dirigido a través de las mentes humanas a alcanzar esta objetivo.
Depende de la voluntad del hombre, de su deseo y de su ardor en concretizar una idea y un sentimiento, que esas formas astrales vayan abriendo su realidad hasta verse encerradas dentro de un hecho físico, bien sea cuerpo o bien un acto realizado.
Estos mundos que se compenetran y que se interfieren los unos a los otros como una auténtica cadena viviente, son la más simple de las ideas creadoras puestas en movimiento. Corresponden al orden básico del primer elemento de la Creación, en cuanto a la posibilidad de conseguir los estadios de la vida material.
Hay aparte grandes áreas de creación no material, donde la energía, aún siguiendo las mismas fases en su desarrollo, da a luz universos no concebibles en donde sólo la luz y la armonía de sus esferas es todo el objetivo a conseguir.
Se abren puertas infinitas de belleza donde el reflejo divino es largamente contemplado en un espejo interior jamás concebido, y de esa Madre de toda armonía surgen los estados más sublimes dentro de la realidad del SER, que ES sólo y únicamente en SÍ MISMO, en la mayor de las interiorizaciones.
Así es, dicho con pocas palabras, parte de la experiencia que tiene que recorrer la conciencia humana en su camino de retorno. Este camino está dentro de un orden establecido y no cabe alteración alguna en su recorrido. Más tarde o más temprano, y a través de un abanico infinito de posibilidades, los hombres deberán recorrerlo hasta que lleguen a encontrar al Padre, al sueño del cual surgieron y al que deben de llevar su propio sueño, dirigido y proyectado en una creación perfecta. La Regla lo pide.
La Ley es la misma para todos los hombres y todos los planos. Sólo la libertad de cada ser escoge el camino que desea seguir hasta llegar a la Fuente.
(Continua)




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