La Singladura de Occidente
Capítulo 16
El Padre Sol y la Madre Tierra
Es un
problema de psicología, no de razón. Necesitamos un centro estable para vivir
en el mundo, para orientarnos en él, de la misma manera que necesitamos un
idioma para describirlo. Si entre las estrellas que vemos de noche hay otras
civilizaciones, lo normal es que cada una sitúe en su planeta el centro del Universo. No hay en esto
ninguna contradicción: lo mismo que el japonés no contradice al euskera, ni el
catalán al lakota. Reconocer la diversidad de centros es como reconocer la
diversidad de idiomas; no reconocer ningún centro es como estar mudo; y
expresar que nuestro centro es el único, es estar alienado. Pitágoras decía que
Dios era un círculo que está en todas partes y su centro en ninguna.
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