domingo, 7 de febrero de 2016

La Singladura de Occidente 30

La Singladura de Occidente
Capítulo 30
Sacrificar una parte del Yo: El "Meme azul" (1)

Todos los Memes poseen la semilla de su eclosión en un nuevo Meme. Cuando la satisfacción egocéntrica de la consecución de las necesidad desembocó en procesos desagradables y negativos, hasta el punto de hacerse insoportables, el ser humano buscó una salida; entonces emergió el Meme Azul.
(...)


Al principio podría parecer que había generado un opuesto, pues ante el caos que genera el Meme Rojo, el Meme Azul necesita de orden y para generarlo se somete a una Verdad o Voluntad Última, que proporciona sentido a su vida y proyecta un control absoluto sobre el mundo y sus criaturas. Todo lo que sucede o pueda suceder es causa de esa Voluntad Última. No hay margen para el azar. Esta Verdad Última surge de un sentimiento interior que le lleva a controlar su impulsividad de tal modo que todo su vida, pensamientos, palabras y acciones han de conformarse a los mandatos de esta Voluntad, de tal manera que cualquier transgresión es considerada un pecado, una falta que, si comete, le hará experimentar un fuerte sentimiento de culpabilidad. Esta emoción de sentirse culpable, que aparece en este estadio por vez primera, se apoderará de la persona Azul de igual forma que la vergüenza se apoderaba del Meme Rojo.
Con la eclosión de una Verdad Absoluta aparecen también las nociones de “bien” y “mal”, al igual que la noción de “moral”. Aspectos que no existían en el Meme Rojo. Por supuesto, como en los memes anteriores, esto no es algo que aparezca de pronto y que afecte a todos por igual. En todos los procesos son individualidades las que comienzan a poner esta nueva emergencia de manifiesto; y precisamente la llaman “meme” porque como el “gen”, a partir de este pensamiento, esta idea, se va construyendo poco a poco una nueva configuración personal y social. En los primeros memes el lapso de tiempo para que la idea y la forma se generalizarse requirió de muchísimo tiempo; luego, en los memes siguientes, el proceso se fue acelerando, necesitando menos tiempo para propagarse.
Durante el proceso de generalización se produce una dicotomía: están los que creen en esta Verdad Última (que el tiempo va incrementando) y los que la rechazan, los fieles y los escépticos. Los que creen, se ven reforzados por la adquirida identidad personal del Meme Rojo. Consideran que los escépticos lo son por ignorancia y desconocimiento de esa verdad, por ello hay que atraerlos a ella. Surge así el proselitismo que abarca desde la conversión libre a la conversión por la fuerza. Todas las religiones conocidas se sustentan en esta idea que emergió y se desarrolló con el Meme Azul. Al igual que el Rojo, el Azul tampoco tiene miedo a la muerte, pues si ha cumplido con los preceptos de la Voluntad Única y tras la muerte obtendrá su merecido premio.
El Meme Azul emergió mucho antes que Roma y el Cristianismo aparecieran en el mundo, se cree que comenzó a formarse hace unos seis mil años y su aparición coincide con el surgir de las ciudades, la arquitectura (templos), y la escritura (la palabra del Dios) que es la que permite anotar las complejas reglas que han de regir la sociedad. Se cree que la escritura nació en Sumeria, otros creen que en Egipto, o simultáneamente en estos lugares, además de en Mohenjo Daro y Harappa (cuyas ruinas se encuentran hoy en Pakistán). La Ley y su imperio emergió con las teocracias y sirvió para fortalecerlas durante mucho tiempo. Alrededor del siglo VI a.d.C. es el momento en que cristalizan los monoteísmos y las grande filosofías espirituales. Es el Tiempo Eje que llamó K. Jaspers. Buda, Confucio, Lao Tsé aparecen entonces. Cinco siglos después aparece Cristo, y otro tanto más tarde Mahoma.
Se considera que el 35-40% de la población mundial se encuentra movidos por este meme y que su tasa de poder real es del 28-30%. Arabia Saudí, Irán, el Vaticano, o Tíbet hasta la invasión china, son un ejemplo aún vivo de lo que representa este Meme Azul. Pero no son los únicos y, aunque no lo parezca, también Inglaterra y Noruega tiene monarquías cuyo rey o reina es a su vez el jerarca supremo de su iglesia. A nivel de grupos lo vemos en los Mormones y comunidades afines. También hay mucho de ello en el actual Estado de Israel considerado como Estado de los Judíos exclusivamente. Y aunque a algunos pueda asombrarles, los propios Estados Unidos de Norteamérica. Hay críticos que afirman que es una teocracia camuflada. En el 2.004, una encuesta puso de manifiesta que el 48% de los norteamericanos creía que su país estaba protegido por Dios. No es de extrañar, pues los peregrinos del Mayflower llegados en 1620, eran memes Azules”.
"América es esencialmente una idea. Con frecuencia se nos ha considerado un pueblo no ideológico y nosotros nos sentimos orgullosos de ello. De hecho… (…) Dios bajó a la tierra y -para nuestra inmensa satisfacción- dijo: “He aquí a los buenos y he aquí a los malos”, señala Ramón Seitz, antiguo embajador de Estados Unidos en Londres. Michael Ignatieff, director del Carr Center de la Kennedy School of Government de Harvard, da su aprobación: “igual que todas las ideologías, la nuestra dice que no lo es. Considera simplemente que es la verdad. El expresidentes George W. Bush creía en ello hasta un grado pasmoso. Por lo que a él respecta, “el camino de América es necesariamente el camino de Dios”. Así, desde la escuela primaria empieza el lavado de cerebro ideológico y los niños recitan una promesa solemne, un juramento de fidelidad a la bandera y aprenden cánticos patrióticos. La ideología estadounidense, como toda manifestación Azul, implica con toda evidencia una misión redentora. Tom Foley, antiguo presidente de la Cámara de representantes, confirma: “De manera individual, nosotros somos más bien modestos. Pero en el aspecto colectivo, nos han repetido siempre que somos los mejores de todos los tiempos. Y, además, no hay que olvidar las constantes referencias a la bendición divina que salpica los discursos de nuestros dirigentes. Esperamos de nuestro presidente que sea nuestro primer predicador, que repita permanentemente que Dios nos ha concedido una bendición especial y que por eso tenemos una misión en el mundo." (Graham Turner “Au nom de Dieu, du drapeau et de Bush tout-puissant”, Courier International. Suplemento junio-julio-agosto de 2004, pp. 12-17. Reproducido por Fabien y Patricia Chabreuil en “La Dinámica Espiral”, pp.88. Editorial Vesica Picis. 2.010.)
 

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