La Singladura de Occidente
Capítulo 58
Capítulo 58
Divididos por la mitad (I)
A veces, en algunas de mis
charlas, pregunté a los asistentes si sabían por que la Vida, el Universo, todo eso
que decimos que es la
Creación, se nos presenta como una serie infinita de
opuestos. Me miraban asombrados. ¿Han pensado alguna vez que todo aquello que
valoramos es el opuesto o el contrario de alguna otra cosa? ¿Y se han dado
cuenta que incluso la más nimia de nuestras decisiones, se toma decidiendo
entre dos opuestos?
(...)
En las antiguas tradiciones, tan
denostadas y desvalorizadas al ser considerdas atrasadas por los científicos
(los hombres que manejan una herramienta llamada Ciencia, ¿la manejan bien?),
existe un “Principio”, formulado de
distintas maneras, pero que intentaré simplificar de la siguiente forma:
En este Universo que conocemos todo es doble, todo tiene dos polos, todo evidencia un par de opuestos, aunque ambos son lo mismo ya que participan de la misma sustancia, de la misma esencia, aunque en diferente grado.
Y este Principio conforma una ley que podríamos
llamar Ley de Dualidad. También
encierran una Enseñanza.
Si en el Universo que conocemos,
hecho de materia densa y de materia menos densa (un gas, la energía, un
pensamiento, una emoción), no existe la Unidad, ya que todo es dual, todo es doble, todo
tiene dos caras, como el Dios Jano de los romanos, o como una moneda, o los dos
polos de un imán, o como una batería de corriente eléctrica…; y si a un polo de esa
polaridad lo llamamos siempre “malo”
y al otro lo llamamos “bueno”,
bastaría con que elimináramos al “malo”,
ya que siempre nos inclinamos hacia el considerado “bueno”, para que quedaran resueltos todos nuestros problemas. Lo
embarazoso es que esto es imposible, pues es la polaridad la que mantiene el
ritmo de la vida
Hay algo básico en este "Principio" que es necesario comprender: los opuestos siempre se presentan en el
mismo elemento, jamás podemos aplicar el opuesto de un elemento al opuesto
de otro. Luz-oscuridad, amor-odio, espíritu-materia, positivo-negativo,
masculino-femenino…, son los opuestos
de “algo”. Algo que no conocemos, o no queremos o nos negamos a conocer.
Solemos afincarnos en un polo y
lo elevamos a la categoría de Absoluto,
pero nadie puede decir (ni siquiera la Ciencia) cual es el calor o el frío Absoluto, aunque lo pretende al hablar
de “0º Absoluto”. Allí donde miremos, siempre encontraremos un polo,
o un extremo al que llamamos positivo y un opuesto llamado negativo; y, como en el caso de
la electricidad, el polo positivo
posee una mayor potencialidad que el polo
negativo; es decir, existe entre ello una diferencia de potencial. Seguramente esta diferencia de potencial
entre ambos polos es lo que se encuentra en la creencia de que lo masculino
es superior a lo femenino.
Señalan las Antiguas Tradiciones
que cuando el hombre actúa desde esta comprensión, podemos, en nuestra realidad
interna, psicológica, cambiar o transmutar (por ejemplo una acción, una
emoción, un sentimiento), el polo negativo en positivo; pero, ¡cuidado!, solo
se pueden cambiar los opuestos de una misma realidad. Esto es válido para los
opuestos entropía-neguentropía.
Las gentes suelen creer que
llegará algún momento, por supuesto en el futuro, en el que el Bien triunfe sobre el Mal de una forma definitiva, algo que
ni siquiera el Apocalipsis lo cree. La
Ley de Dualidad nos dice que esto es
imposible. Debemos comprender que Bien
y Mal (aunque sean con mayúsculas)
representan los extremos de “algo” y, como extremos, siempre serán
relativos (30º será calor si lo comparo con 2º, pero será
frío respecto a 100º).
Por otro lado, la sola evidencia
de que algo existe, ha de llevarme a comprender que lo opuesto también es
realidad (existencia-no existencia).
Lao Tsé, en su enseñanza del TAO y
su par de opuestos Yin y Yang nos ofrece un claro ejemplo de lo
que estoy pretendiendo mostrar. Para él, estos polos opuestos llamados Yin y Yang representan y simbolizan la dualidad que existe en el
Universo, pues constituyen sus dos fuerzas fundamentales, de la misma esencia, pero opuestos en sus naturalezas polares; los dos polos que
mueven toda la "maquinaria del Universo",
una expresión que tanto gusta a la
Ciencia reduccionista.
Para el Taoísmo, que personaliza estas
fuerzas, como lo hace todo el conocimiento de la Antigüedad, Yin representa lo femenino y Yang lo masculino. Pero estas expresiones solo
son símbolos.
La sabiduría de las Antiguas
Culturas expresaba que cada ser, cada objeto, cada pensamiento, cada emoción…,
posee un opuesto del que depende su existencia. El dicho popular dice que “todo palo tiene dos puntas”.
Nuestro problema es que no nos
fijamos, no vemos ese “algo” al que
los polos pertenecen; ni siquiera lo tenemos en cuenta. Pensemos en una moneda:
tiene dos lados -cara y cruz- unidas por un canto. Supongamos que queremos eliminar una cara. Cojo una lima y
me pongo a limarla. El canto se hace
cada vez más fino. Continúo limando en mi intención de eliminar esa cara y…,
cuando ya estoy a punto de hacerlo, ¡plaf!, la moneda desaparece. Al eliminar
una cara, no solo he eliminado la otra, sino también la moneda.
Veamos otro
ejemplo: salimos al campo a contemplar el paisaje, nuestra vista queda prendida
en las impresionantes montañas. Pero, ¿nos hemos dado cuenta que, como en la
moneda, si elimino los valles, elimino a la vez las montañas, haciendo
desaparecer el paisaje? El canto que
une a ese algo llamado paisaje y
formado por valles y montañas, los geógrafos lo llaman pendiente.
Sin lugar a
equivocarnos, podríamos afirmar que en nuestro universo físico (material e
inmaterial: una silla es material, y puede ser alta o baja…, y una idea es
inmaterial y puede ser buena o mala) la Dualidad
es la norma imperante.
Lo que el
símbolo del Tao pone de manifiesto
es que el Universo está siempre en movimiento, basculando continuamente de un
polo al otro, y que nuestra pretensión de encontrar una realidad absoluta y
estática es una utopía. Cuando categorizamos la realidad e intentamos darle un
valor absoluto recurrimos tan solo a una conveniencia,
pero ello no supone que esa categoría sea cierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario