lunes, 11 de diciembre de 2017

Canarias esotérica


<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 10/04/1994>
<TÍTULO>:Canarias esotérica.
<AUTOR>: Alfiar
<CUERPO DEL TEXTO>:


"Estas islas son un refugio de los Maestros Espirituales, que se apoyan en ellas para abrir un cauce a sus mensajes. Aquellos que puedan comprenderlos, alcanzan la bienaventuranza en sus corazones y la verdad se instala en sus mentes. Este es un sitio mágico donde todo está más cerca del Espíritu y donde los poderes de Dios se manifiestan al alma con esplendor." (De una canalización)
 (...)

Canarias, centro difusor de energías.
A primeros de Diciembre de 1993, el Grupo Aztlan participó en unas Jornadas llamadas "Visiones, Proyectos y Utopías" en el Puerto de la Cruz. Básicamente, expresaron el papel que juegan las Islas Canarias en la entrada de una Nueva Era.
Decían que Canarias era, es y será un centro de irradiación de energías telúricas, cósmicas, magnéticas y de otros tipos. Estos núcleos -existen muchos en el planeta-, están relacionados con las energías de la Tierra como ser vivo y con la posición que ésta ocupa en el espacio durante el periplo que el Sol realiza alrededor de la estrella Alción, en Las Pléyades. Periplo que dura 25.000 años.
Durante ese tiempo, las energías que proceden del interior y del exterior del planeta se concentran en puntos telúricamente apropiados. Son los chakras planetarios. Las personas que viven en estas zonas, absorben estas energías transformando su consciencia y, con ello, su sociedad. A la vez, esos centros se convierten en centros difusores de cultura.
A lo largo de la Historia, estos centros han ido cambiando de lugar, pero su ubicación parece estar constreñida a la franja comprendida entre los paralelos 30º N y 30º S. Desde la Prehistoria, los dólmenes y monumentos megalíticos, los santuarios en los que se establecían oráculos, estaban situados en puntos telúricamente activos. Las catedrales góticas se construyeron en lugares de confluencia de energías telúricas y cósmicas.
Hace 25.000 años comenzó el ciclo cósmico que ahora termina. Otro, al que llamamos Nueva Era, se inicia. A lo largo del ciclo que termina, los centros de difusión energética, se fueron situando en diferentes partes del planeta, para que todo él pudiera recibir la Luz del conocimiento y se desarrollase lo humano. El primero de estos centros se situó en la Atlántida. Después de su hundimiento pasó al Tíbet. Los ciclos se cierran donde se inician. La Atlántida se hundió, pero algunas tierras periféricas de lo que fue, quedaron. Una de esas tierras es Canarias.
En Junio de 1990, recibimos esta comunicación cuando preguntamos algo referente a las pirámides de Güimar. En ella se decía:
"Esto sobre lo que estás sentada son los muros de un templo atlante construido hace 12.000 años por seres que huyeron del cataclismo y que llegaron a estas islas a bordo de pequeñas embarcaciones. Por el mismo motivo que en Egipto... y en América..., estas de aquí fueron hechas para perpetuar en símbolos numéricos y en disposiciones arquitectónicas una sabiduría que no querían que se perdiera.
Aquellos seres no sobrevivieron mucho tiempo y su conocimiento desapareció con ellos. Aunque intentaron legar, a los pueblos con los que se mezclaron, los conocimientos que traían de su cultura, el clima natural de las gentes del lugar fue desvirtuando y modificando lo que en la construcción se encerraba y se fue olvidando el fin para el que fueron hechas. Muchos años después sirvieron para adorar al Sol, se usaron en ceremonias rituales de recolección de cosechas y de ofrenda de frutos. Se estableció en ellas un culto agrario, cuando el motivo de su construcción fue plasmar el conocimiento cósmico del Universo y la relación del ser humano con él.
Aquellos atlantes... usaban las energías telúricas... Pretendieron fijar en estas estructuras su concepción de la vida, impedir que sus conocimientos se mezclaran con los de los habitantes de las islas, muy atrasados. No sirvió de nada. Todo desapareció con ellos, aunque parte de las energías que ellos movilizaron en este lugar, siguen funcionando y cumpliendo con su ley. La energía que surge de ellas se conecta con la energía cósmica que procede de Orión." (Canalización)
Los buscadores espirituales en el ascetismo oriental de los años 60 y 70, comenzaron a ser sustituidos, a finales de los 80, por los que se acercan al Misterio sin intermediarios. Lo hacen a través de su propia sensibilidad, transparencia psicológica y total apertura hacia lo desconocido. Canarias, al estar llamada a ser el primer centro energético de la nueva Era, observa, un tanto perpleja, como en los últimos años, en su suelo, se han ido incrementando los fenómenos paranormales, físicos y energéticos, También la llegada de gentes procedentes de otros lugares que sienten la necesidad de establecer aquí su residencia.
Esta energía hará posible acceder a nuevas formas de pensar, que permita la creación de sociedades armónicas. La mente se abrirá al conocimiento de las leyes que rigen el mundo físico, aunque siempre con la Ley Suprema del Bien Común por encima de cualquier otra finalidad. En otros lugares del planeta, se reorganizan centros energéticos complementarios, facilitando el desarrollo de la mente y la conciencia y, por ello, de la espiritualidad del hombre.
Otra faceta de esta nueva energía sutil es permitir, que las estructuras políticas, sociales, económicas, petrificadas y convertidas en nidos de corrupción e inmovilismo, emerjan a la superficie para que pueda ser vistas y contemplado su derrumbe. Será una gran lección y el motivo de una honda reflexión para todos.
Canarias debe permitir, a aquellos que a ella vienen, el acceder a esa energía sutil llamada Amor, que desbloqueará sus centros emocionales.
"Por eso -decía el Grupo Aztlan en aquellas Jornadas-, es tan importante que los canarios comprendan el papel que les ha tocado jugar y que comprendan el que nos toca jugar a los que venimos de fuera."
Es cierto que, con el señuelo de la Nueva Era, llega también la feria de mercaderes de lo mágico: curanderos, adivinos, quirománticos y presuntos esotéricos. El auténtico buscador esotérico viene sólo con la verdad que el sabe que se encuentra dentro de su corazón. Nada de la feria mágica e ilusoria tiene que ver con el que desea alcanzar un mayor conocimiento espiritual y desarrollar una mayor capacidad de Amor. Se necesita la lucidez de la propia realidad espiritual y de la propia conciencia, para percibir a este nuevo hombre, que fluye en la nueva energía y que ya no quiere intermediarios en la búsqueda de su propia divinidad, entre tanto mercader, grupos, sectas y gurus, que bajo la bandera del amor manipulan a los que se le acercan.
Aunque los que están ocupados en sus menesteres egoístas no lo perciban, desde estas islas esta naciendo una llamada a la Humanidad. Es muy sutil, pero traspasa las mentes y se instala en los corazones. En respuesta, en los próximos años, los corazones más brillantes, las mentes más preclaras y los espíritus más evolucionados, vendrán hasta aquí. Es necesario recibir con cariño a aquellos que regresan a la matriz para desarrollarse. Pero, como me dijo un miembro del grupo: "nada puede desarrollarse si el vientre de la madre no está preparado."
Lo esotérico.
Esotérico hace referencia a una cualidad interna de las cosas. La cualidad oculta del hombre es su Espíritu. El esoterismo es un Ciencia del Espíritu, un conocimiento que permite llegar a la Divinidad que somos en nuestra esencia interior. Como toda ciencia, el esoterismo también tiene sus escuelas, sus terminología y su práctica. El buscador esotérico debe descubrir cual es la naturaleza de las energías que se expresan a través de su realidad física, psíquica, emocional, mental y espiritual. Debe aprender a purificarlas e integrarlas con su origen divino, para usarlas en la creación de su universo personal y colectivo en una forma armónica y amorosa.
Una verdad esotérica es aquella que dice que no existe evolución sin conciencia, y que el camino más fácil para no evolucionar es buscar la solución a nuestros problemas a través de las experiencias ajenas.
No hay que confundir religiosidad -sentimiento íntimo de encontrar su origen y que nace con el propio hombre-, con religión -la institucionalización de ese sentimiento-. La religión sólo tiene razón de existir mientras el hombre siga pensando que la Divinidad es algo ajeno y exterior a él mismo. Cualquier religión solo es un corsé que oprime un sentimiento primario y natural del ser humano. Ese sentimiento es el de ser cada vez más consciente de uno mismo y, como consecuencia, más feliz.
El esoterismo es un camino cuyas claves son: el conocimiento de uno mismo, el conocimiento de la Naturaleza, como depositaria de un mensaje claro y sencillo que nos habla de la interrelación entre todos los seres que la pueblan y, por la comprensión de esa no-separatividad, el amor y el servicio a nuestros semejantes, ya que son parte de nuestra propia naturaleza.
Si la Divinidad está dentro de mí, al igual que en mis semejantes, somos lo mismo. Entonces, ¿por qué ha de haber un intermediario entre yo y mi-mismo, entre yo y mis semejantes? Si el esoterismo es un camino que expresa una forma de vivir, a pesar que a lo largo del tiempo ha tenido múltiples formas, cuanto más sencilla y limpiamente la vivamos, mejor podremos expresar esa Divinidad que quiere expresarse por nosotros.
Otra verdad esotérica es la que dice que todo cuanto se desea, pone en marcha, en forma inmediata el mecanismo para su realización. De ahí que debamos procurar que nuestros deseos no sean egoístas. Cuando el hombre descubra las herramientas que el Cosmos ha puesto a nuestra disposición, comprenderemos que nosotros y el Padre somos la misma realidad.
La prueba a superar es separar el trigo de la Verdad entre la paja de las religiones y las órdenes esotéricas. Es un camino que nadie puede andar por otro. Cada hombre debe pasar por esa etapa de búsqueda personal. Aprender a discernir y alcanzar la madurez a través de su propia experiencia. Por esta práctica se adquiere un conocimiento, éste nos lleva, poco a poco, a descubrir la raíz y el origen de nuestra esencia divina y, como consecuencia de ello, construir un mundo feliz en el que existan correctas relaciones humanas.

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