sábado, 23 de noviembre de 2013

EL MITO DE EROS Y PSIQUE Y LA PSICOLÓGICA FEMENINA (1)



 EL MITO DE EROS Y PSIQUE Y LA PSICOLÓGICA FEMENINA

A LA BÚSQUEDA DE SU FEMENINO INTERIOR
(I)
Eros y Psique. Antonio Canova. Louvre.
[Como ya exprese en la interpretación psicológica del mito del Grial, desde Noviembre de 1997 hasta Junio de 1998, llevé un programa de radio llamado “La Voz del planeta”, en una emisora local de Santa Cruz de Tenerife, hoy desaparecida, llamada “Onda Interior”. Ahora veremos el argumento de tres de aquellos programas en los que se desarrolló el tema de Eros y Psique, una interpretación psicológica de lo femenino y, sobre todo, de lo femenino interior. También, en este caso, me he ayudado de las investigaciones de Jung y de Robert A. Jonson.]
Para los griegos, Eros era el mayor de los dioses, aunque también el más joven y el más advenedizo; se dice que el corazón de cada amante mira con los ojos humedecidos cuando Eros le alcanza con sus flechas. Ellos -los griegos- vieron que el amor de Eros se expresaba a través de una dualidad que tenía una proyección terrestre y una proyección celeste. Tal vez por ello, Dante, que seguía el modelo griego, concibió el amor como algo que se movía por el universo, desde la más elevada morada trinitaria, hasta la más baja profundidad de los infiernos telúricos, representada por una cuaternidad, cuyo cuarto elemento, como ya señalaba Platón, y luego Jung, permanece siempre en las sombra.

(...)
William Blake´s. Lucifer
Pero una de las más sorprendentes imágenes del amor que conozco, aquella que más conmueve mi alma, es de origen persa. Es una historia que nos cuenta en que consistió en realidad la desobediencia de Lucifer. Lucifer -el ángel de la Luz- era el ser que con mayor lealtad amaba a Dios. Según el relato persa, su desobediencia fue porque su amor y adoración por Dios era tan profundo y de tal intensidad que no podía inclinarse ante nada más que no fuese el propio Dios. Y cuando Dios ordenó a los ángeles que se postrasen ante el hombre, Lucifer se negó. Por esa desobediencia de amor fue enviado al lugar más alejado de Dios, al "Ínferos", a la profundidad de la materia y condenado a existir allí para siempre, exilado del objeto de su amor.
¿Ustedes creen que alguien que ama con tal intensidad a otro ser, aunque ese ser sea el Gran y Único Ser, puede ser castigado por ello? En todo caso el mal estaría en la exclusividad de ese amor, pero eso no merece un eterno exilio en los dolores del Infierno, donde lo peor, en el caso de Lucifer, o en el caso de los que como él amaron con tal exclusividad, no es el fuego, sino el verse privado de la beatífica visión de Dios o del objeto de su amor.
Caida de Lucifer. Gustavo Doré
¡Cuán infinitamente doloroso debe ser el exilio de este gran amante que no pudo, ni siquiera, por orden de Dios, inclinarse ante ningún otro ser! Los poetas persas se preguntaron ¿qué horrible dolor alentaría a Lucifer en su lejana prisión? Y encontraron esta respuesta: El recuerdo del sonido de la Voz de Dios cuando éste le dijo: “¡Márchate!. Tremenda imagen de agonía espiritual y a la vez profundo y angustioso éxtasis de amor. Creo que fue Nietzche el que dijo: “Ten cuidado cuando expulses a los demonios de tu interior, no vayas a expulsar a lo mejor que hay en ti”.
Eros y Psique. Mosaico en el Alcazar de Córdoba.
El mito de Eros y Psique, que también tiene que ver con el amor, es una de las más interesantes leyendas que nos ha legado la Antigüedad Clásica para describirnos como es el proceso de la psicología femenina en su búsqueda de lo masculino y de su propia totalidad; algo que, cuando una mujer lo encuentra dentro de si, al verlo proyectado externamente en un hombre, también le dice ¡márchate! Aunque hay otros mitos, como el de la diosa Hera, que también nos hablan de lo femenino en si y de los diversos rostros que ese "eterno femenino" puede adoptar, ninguno es tan claro y gráfico como el de Eros y Psique.
El Espíritu (esa esnergía de la que toda la Naturaleza participa) es el aroma de la Vida, no es algo que flote sobre ella. Surge y nace de ella, no es algo a lo que se tenga que dar órdenes desde arriba por ser una naturaleza "caída". Sin Espíritu, el Mundo, como en el mito del Grial, se convierte en un Páramo, en un terreno baldío, en una tierra humana que muere de nostalgia por el recuerdo de una Voz a la que ama con todo su ser. La gente suele tener la extraña idea de que se puede "salvar" el Mundo y lo humano en el mundo, cambiando las cosas de lugar, cambiando las reglas o con cosas así. ¡Qué gran falacia!
 ¿Es que no ven que cualquier mundo, el que nos sustenta y el que somos, es válido solo a condición de estar vivo? Lo único que hay que hacer es darle vida, impregnarlo de Espíritu y eso sólo lo podremos hacer encontrando en el interior de cada uno de nosotros la Fuente de la propia Vida, para resucitarnos a nosotros mismos.
La vida que transcurre por el mito de Eros y Psique está llena de una profunda ternura y de un gran dolor. La mitología no es una mentira como dicen los que tienen su mente escindida, sino pura poesía, sublime metáfora, la penúltima verdad de la existencia, porque la última jamás podrá traducirse en palabras. Está más allá del Verbo, incluso más allá de las imágenes, una Nada, una Vacuidad que permanece al otro lado de la Rueda del Devenir.
El mito nos permite conectar el núcleo más profundo de nuestra mente con lo más alto de ese límite, con lo que sólo puede ser conocido, pero no dicho. Por ello el mito nos permite vivir la vida como experiencia y, consecuentemente, como conocimiento, conocimiento de nuestro propio misterio. Eso da a nuestra vida un nuevo resplandor. Pensar en términos mitológicos nos ayuda a ponernos en sintonía con lo inevitable y a aprender a reconocer los valores positivos y negativos de nuestra vida.
Eros y Psique en una vasija griega. Museo Arqueológico de Burgas.
El mito de Eros y Psique es el mito del Amor, el amor como algo personal, una proyección del Espíritu que descubrieron los trovadores medievales a través de las relaciones interpersonales entre dos sexos opuestos. En su origen terrestre, Eros se proyecta como un impulso biológico: es el ardor de dos organismos que se atraen mutuamente. Un impulso que llega a convertirse en religioso cuando se transmuta en un rapto que te lleva a una muerte instantánea de la que sólo el amor puede devolverte a la Vida. Esa clase de rapto que por causa de una flecha clavada en el corazón, atrae a dos mitades, una hacia la otra, a consumar una experiencia de persona a persona. “Por los ojos del amor se llega al corazón”, decía un trovador.
Antiguo símbolo de los misterios órficos.
Afrodita, se dispone a azotar a su hijo  Eros con una sandalia.
Sobre el nacimiento de Eros hay diversas historias. Una de ellas dice que habría salido del primigenio Huevo del Mundo y que, por ello, fue el primero de los dioses, pues sin él, ninguno de los demás dioses hubiera podido nacer. Esta versión convierte a Eros en contemporáneo de la Gran Diosa, de la Madre Tierra, y niega que tuviera padre.
La idea de la Diosa está relacionada con el hecho de que se nace de una madre, y que tal vez no puedas conocer a tu padre o esté muerto. En la literatura épica, lo vimos en Perceval, es frecuente que, cuando un héroe nace, el padre ya está muerto o está en otra parte y entonces el héroe debe partir en su busca, o en busca de un sustituto. En la Historia de Jesús, el padre es el Padre en los Cielos. Cuando sube a la cruz para dirigirse al Padre y dejar atrás a la Madre, lo hace subiéndose a la Gran Madre simbolizada por la Cruz -la Cruz de la materia perfeccionada- para alcanzar la Fuente última del Misterio.
¿Qué importancia ha tenido para nosotros esta búsqueda del padre? Para los mitos es un tema fundamental. Los niños héroes preguntan siempre: ¡Madre! ¿Quién es mi padre? Luego parten en su busca, como Telémaco parte en busca de Odiseo Ulises o Skywalker, en la Guerra de las Galaxias.
Nunca se busca a la madre. Y no se la busca porque ha estado ahí desde siempre. Hemos nacido de ella, ella nos crió y nos enseñó, incluso nos condujo a la edad en la que debimos abandonarla para encontrar al padre. Es una herencia inconsciente del matriarcado. Un encuentro que está relacionado con nuestro propio carácter y es este carácter lo que constituye un misterio, pues en él se encuentra nuestro destino. El mito simboliza que el descubrimiento de nuestro propio destino comineza con la búsqueda del Padre. Y cuando le encontramos, nos encontramos a nosotros mismos. Es entonces, como Jesús, cuando hemos de ocuparnos de sus cosas.
Eros es una divinidad que, aparentemente, preside la sexualidad en su conjunto. Como el dios Jano, parece tener dos caras: una trivial, que muestra el mal uso que de dicha función se hace cuando no se busca nada más que el placer físico; la otra, más sublime, cuando encarna la duradera unión de las almas.
Afrodita Urania y Eros
En otra versión se nos dice que Eros es hijo de Afrodita, la Gran Madre, y de Zeus, el padre de los dioses. Aquí se nos presenta a Eros como un niño indómito y malcriado, que no muestra ningún respeto ni a la edad ni a la posición social, siempre revoloteando de un lado a otro con sus doradas alas y disparando -algunos dicen que al azar- sus flechas, aunque siempre lo hace al corazón. En la India, el dios del amor, es un corpulento y vigoroso joven que porta un arco y un carcaj de flechas. Los nombres de la flechas son "Agonía portadora de muerte", "Apertura" y cosas así. En realidad, él se limita a introducir la flecha en tu interior de modo que produzca una explosión fisiológica y psicológica total.
Psyque. François Dominique Aimé (1758-1823)
Eros y Psique, Antonio Canova. Hermitage-
Psique, en cambio, es la personificación del alma. Un alma que se deja seducir por Eros en su forma más perversa. Es lo que le suele ocurrir a las jovencitas la primera vez que se sienten atraídas por un chico. Lo que le ocurre al alma y, cuando esto ocurre, es que pierde su inspiración, algo que es una cualidad intrínseca de su naturaleza: la característica esencial del alma es la inspiración. Su pérdida señala la más trivial de las caídas.
Si hablamos psicológicamente, ha sido necesario que el alma pierda su fuerza, su clarividencia, que se ofusque a través de una imaginación exaltada, porque sólo así podrá concebir el amor en su forma más perversa y caprichosa y para que esa misma perversión le aparezca como algo seductor.
Psique y sus hermanas, Vitral . Castillo de Chantillí. Francia.
La historia que vamos a relatar y a analizar psicológicamente a través de algunos programas, ocurrió en ese lejano tiempo en el que las leyendas se vivían como reales y cuyos argumentos formaban parte de lo cotidiano. También, en esta historia, había un reino cuyo rey tenía tres hijas. La más pequeña era Psique. Sus dos hermanas mayores eran vulgares, envidiosas y advenedizas. ¿No les suena a otra historia de cuento de hadas? Psique, ya lo hemos dicho, es la personificación y la corporeización del mundo interior. Su propio nombre significa Alma y, como la Beatriz de Dante, ella nos guiará por el mundo interno del alma femenina, un mundo encerrado en el interior del mundo material.
Psyque honrada por su pueblo. Cuando de Luca Giordano.
Era tan extraordinario el poder de Psique en su propio reino -el reino del alma-, que todos comenzaron a compararla con Afrodita, impulsándola incluso a que la destronará y ocupará su lugar, reemplazándola en el templo. Afrodita ha sido conocida siempre como la diosa del Deseo. Surgió desnuda de la espuma del mar y, surcando las olas en una venera, desembarcó primero en la isla de Creta, pero como le pareció muy pequeña, fijó su residencia en Chipre, aún la sede principal de su culto. Otra versión sostiene que surgió de la espuma que se formó alrededor de los órganos genitales de Urano cuando Cronos los cortó y los arrojó al mar esparciendo su semen.
Afrodita surge de la espuma del mar. William-Adolphe Bouguereau (1879).
Sea como fuere, Afrodita, diosa de la espuma surgida del Caos -el Inconsciente-, la que bailó sobre el mar, no pudo soportar la afrenta que suponía el desmérito que sobre su culto y sobre ella misma ejercía la presencia de Psique. El ver como se enfriaban las cenizas de los fuegos sagrados en sus templos, templos que comenzaban a ser abandonados, mientras contemplaba como el culto a esta Psique adolescente y advenediza crecía con fuerza y ocupaba su lugar, inflamaron su cólera.
Afrodita era una diosa Ctónica. Desde los orígenes había sido la diosa de la Femineidad, unos orígenes que nadie sabe a que remoto tiempo se remontan. Para una diosa tan ancestral, presenciar como era destronada por una joven muchacha, era más de lo que ninguna mujer hubiera podido soportar y, menos, una diosa. Así es que su furia y su cólera se desataron, sus efectos fueron terribles y apocalípticos para Psique. Nadie queda impune cuando se provoca la ira de una diosa así, y más cuando lo que se quiere es conmocionar los propios cimientos de nuestro mundo interior.
El nacimiento de Venus-Afrodita, Sandro Botticelli.
Botticelli nos narró en sus maravillosos cuadros como fue el nacimiento de Afrodita-Venus. Lo que el gran pintor del Renacimiento y el mito nos cuenta es el nacimiento del Principio Femenino en su forma más arquetípica. Por el contrario, la virginal Psique fue concebida a partir de unas gotas de rocío que cayeron del Cielo. La diferencia entre estos dos nacimientos nos revela una doble naturaleza del Principio Femenino. Afrodita nace del mar, su poder es oceánico, tiene su origen en el principio de los tiempos y su séquito, habitantes de las profundidades marinas, es tan ctónico como ella.
Desde una visión psicológica, Afrodita es la Hija del Inconsciente. Su poder es tan inaccesible para cualquier ser humano, como lo es enfrentarse con un maremoto. Cualquier mortal podrá admirar, venerar o incluso ser aplastado por este arquetipo femenino llamado Afrodita; pero, lo que es seguro es que no podrá establecer ningún vínculo afectivo o de otra índole con ella.
Psyque asistida por invibles espíritus. Cuadro de Luca Giordano.
Y es aquí donde Psique tiene ventaja sobre Afrodita. Al estar más cerca de lo humano, la tarea de Psique es la de intentar poner en relación el contenido del inconsciente con la consciencia. A través de su atenuado, aunque mejor diríamos, humanizado poder, Psique dulcificará el inconmensurable y oceánico arquetipo de lo Femenino representado por Afrodita.
Afrodita con espejo, Crátera c. 360 a C., M. Louvre
Sobre estas bases, se estructura el relato de nuestra historia. Toda mujer alberga en si misma una Afrodita con toda su corte. Tiene una sirviente que siempre lleva un espejo ante ella para que su divina imagen pueda reflejarse constantemente. También tiene sirvientes que en todo momento le ofrecen perfumes. Es famosa por sus celos y no tolera ningún tipo de rivalidad. Le complace apañar matrimonios y nunca se satisface, a menos que todos estén ocupados en agasajar su fertilidad.
Para el mito, el vientre de la diosa, cuyo útero y trompas tienen cabeza de toro, fue el símbolo más primordial de la diosa: es ese lugar oscuro donde todo se gesta. La historia de Jonás y la ballena es un ejemplo de este tema mítico. El héroe ha de descender a la oscuridad a fin de, psicológicamente, recuperar el poder de la vida apresada en el inconsciente; o, también, contener a esa extraña criatura acuática que representa la vida apresada por la insondable energía oceánica del inconsciente y que ha abrumado a la personalidad consciente y debe ser contenida.
Afrodita ante el espejo. Pedro pablo Rubens.
Una de las características de Afrodita es que posee la cualidad de reflejar cualquier experiencia hacia nuestra consciencia a través de su espejo. Mientras Perceval tiene la necesidad de expandirse y explorar el mundo con la intención de descubrir lo nuevo, Afrodita refleja, registra y asimila. Su mágico espejo es el símbolo de sus más profundas cualidades. Nos ofrece su imagen para que podamos ver cual es nuestra propia naturaleza con la más límpida nitidez, sin que esa imagen se quede atascada en una proyección.
Girolamo Macchietti. Alegoría de la Prudencia.
Al interrogarnos sobre lo que se refleja, podemos iniciar el proceso de comprender; comprensión que nos es necesaria para que no nos trabemos en la maraña emocional insondable. Esto no quiere decir que no existan acontecimientos exteriores en los que se proyecte el reflejo; pero es importante advertir y entender que muchas cosas de nuestra naturaleza interna se enmascaran como sucesos exteriores cuando su reflejo debería volver al mundo subjetivo de donde emergió.
La Venus (Afrodita) del espejo. Velazquez.
Afrodita nos proporciona ese mágico espejo con más asiduidad de lo que nos gustaría admitir. Cuando alguien se enamora y ve en la persona amada cualidades que pertenecen a un dios o a una diosa arquetípica, es Afrodita la que está reflejando la imagen de nuestra inmortalidad y nuestras cualidades divinas.
Como humanos presos en la materialidad, ofrecemos demasiadas resistencias a ver tanto nuestras virtudes como nuestras culpas. Por ello, mirar el espejo de Afrodita produce siempre un largo período de sufrimiento. Por ello también, Psique, la mediadora, tendrá que realizar esa larga travesía que va, desde su enamoramiento de Eros hasta el descubrimiento de su propia inmortalidad.
Diosa Madre de Çatalhöyük. Neolítico. Tuukia.
Para concluir con esta necesaria visión de Afrodita, a fin de poder llegar a una comprensión del mito y de su significado psicológico, hemos de señalar que Afrodita es esa Diosa-Madre tal como sería vista a través de los ojos de una nuera. Cuando una mujer muestra su belleza al mundo, se convierte en intermediaria de Afrodita y es su energía la que se expresa. Pero cuando la nuera enfrenta a la diosa-madre y esta se vuelve celosa y competitiva, no parará de urdir artimañas para obstruir el paso, como un obstáculo, del avance de Psique.
Psique antre el trono de Afrodita. Edward Hale (1852 – 1924)
Este drama de la suegra y la nuera es practicado en todas las culturas y por ello es una de las fuentes de irritación psíquica que ayudan al crecimiento de la conciencia de cualquier muchacha. Cuando una joven enfrenta el sistema de poder de su suegra, logra la madurez femenina. Ya no es la gota de rocío que con tanta ingenuidad llegó al mundo y a su matrimonio.
A cualquier mujer inteligente de nuestra época, suele resultarle muy perturbador descubrir su naturaleza de Afrodita y los primitivos e instintivos trucos que ella es capaz de poner en práctica, sobre todo cuando ofrece su lado tiránico creyendo que su mundo es su ley.
No es difícil comprender que cuando, en el proceso evolutivo, un nuevo modelo, una nueva diosa, aparece, la vieja diosa se llena e inflama de ira y utilizará todos los medios disponibles para abatir a su oponente. No existe mujer que no tenga un mayor o menor grado de consciencia y que no sepa de sus repentinas regresiones a la naturaleza de Afrodita. Entonces se convierte en una figura aterradora si cae bajo la influencia del arquetipo; y son pocos los hogares en los que, durante estas pulsiones súbitas, Afrodita pueda ser llamada por su verdadero nombre, a no ser que consiga encauzar esta sublime energía hacia un destino creativo.
Afrodita en la fragua de Vulcano. Frans Floris.
La energía de Afrodita, con todo el contenido energético de la psique, está al servicio del desarrollo personal y permite crecer a quien influencia. Cuando llega la hora del crecimiento, los estilos y los hábitos antiguos deben darle la bienvenida a los nuevos. Lo antiguo siempre es un obstáculo para que crezca lo nuevo, y si se persiste en lo nuevo, se nacerá a una nueva conciencia.
Es frecuente que cuando sucede un nuevo crecimiento de la conciencia, las cosas más terribles parecen suceder; aunque luego comprendemos que solamente fueron los necesarios. Por ello, aunque visto desde el lado literal del relato, Afrodita se presenta como una horrenda bruja desde el lado psicológico. Afrodita hace todo lo necesario para que sea posible la evolución de Psique. Mientras tal proceso sucede -es algo demasiado doloroso-, se produce una caótica guerra interna. No olvidemos que la Naturaleza de Afrodita es regresiva. Su intención es arrastrar a la mujer, de nuevo, hacia la inconsciencia aunque, simultánea y contradictoriamente, la impulsa hacia una nueva vida. Hay mujeres que no crecerán a menos que padezcan la tiranía de una suegra o de una madrastra, e, incluso de una madre.

La mayor parte de las turbulencias que sufre la mujer moderna, se deben a su enfrentamiento entre su naturaleza de Afrodita y su naturaleza de Psique. Jung decía que el alma no puede existir en paz hasta que encuentra a su "otro" y, ese otro, es siempre un "". De este encuentro trata el mito de Eros y Psique. El mito nos dice que nos encontramos en dos mundos: el nuestro propio y el que, fuera de nosotros, se nos ha dado como campo de experiencia. El problema es el de lograr una relación armónica entre ambos. La tarea de la vida es vivir dentro de un territorio que, a la vez que te sustenta, tiene que contener ese nuestro mundo propio en el que dos se hacen uno.
Nacimiento de Afrodita. A. Cabanell.
Pintura romana.
Afrodita ha nacido del mar. Psique lo hizo de una gota de rocío que cayó sobre la Tierra. ¡Qué sensible diferencia desde la primigenia cualidad femenina, a esta nueva forma, metamorfoseada en gota de rocío! ¡Cuanta delicadeza en ese acercamiento, desde lo más ctónico e inconsciente, a lo más humano y consciente! La naturaleza de Psique resulta tan sorprendente, tan inocente, tan ajena a este mundo, tan virginal, que por ello es adorada, aunque no cortejada. ¡Tremendo drama en el alma de una joven! Se trata de una experiencia solitaria, en que la más pequeña de las tres hijas del Rey no encuentra marido.
No existe mujer que no lleve en su interior a una Psique intensamente solitaria; un alma-niña que no termina de convertirse en mujer, aunque ya pueda haber sido madre. El sentimiento de soledad de toda mujer, el no sentirse comprendida, a pesar de su contacto con las "buenas gentes", pero de las que se mantiene distante, nos describe cual es la naturaleza de Psique en la interioridad de cualquier mujer. Suele ser una experiencia dolorosa -como la del solitario Perceval cuando deambula por los caminos en busca del Grial- y, muchas mujeres perciben las sensaciones de esta experiencia, aunque desconocen su origen. Y es que ser atrapada por el aspecto Psique significa, para el carácter femenino, el convertirse en intocable y en quedar aislada.
Es a causa de éste proceso que se producen todo tipo de absurdos cuando una mujer intenta trasladar el aspecto Psique de su naturaleza a la vida cotidiana. Si el arquetipo Psique domina, su personalidad tiene entre sus manos una dolorosa tarea y llenará de dolor a todos los que la rodean. Su reacción favorita, no siempre expresada abiertamente, es gritar: “¡Nadie me comprende!”, lo cual es cierto.
El lado positivo de este problema es que si una mujer percibe conscientemente esta cualidad, y logra asumirla, la magnífica belleza y divinidad del alma de esa Psique arquetípica, se vuelve consciente en ella y puede dar inicio a un proceso de evolución de su conciencia. Pero para ello necesita del amor, necesita de Eros.
En algunas mujeres hermosas y famosas -caso de Marilyn Monroe-, el problema se complica, pues su "perfección" la hará inaprensible y no logrará encontrar un lugar en el ámbito humano de la vida corriente donde poder establecer vínculos humanos corrientes. Entender esto, permite a la mujer poner en movimiento la energía evolutiva requerida por Psique.

Los padre de Psique acuden al oráculo de Apolo en Delfos.
En el ámbito familiar, Psique tiene muy disgustada a sus padres. No madura, sigue siendo una niña. Mientras sus dos hermanas se han casado y viven felices y envidiosas de lo ajeno, nadie pide la mano de Psique. Los hombres sólo la adoran. El Rey acude a un Oráculo para que le de una solución, pero desconoce que ese Oráculo está controlado por Afrodita que considera a Psique como una usurpadora y que se llena de celos y de rabia nada más escuchar el nombre de Psique. Afrodita hace que el Oráculo proclame una atroz profecía: “La princesa se casará con la Muerte, con la más fea, la más horrible y la más espantosa de cuantas criaturas existen.” Psique debe ser llevada a la cima de una montaña, encadenada a una roca y dejada allí para que sea violada por la Muerte.
Meister mit dem Würfel Fabel. Los padres de psique llevan a su hija a la montaña de la muerte.
En aquel tiempo, nadie cuestionaba un Oráculo, así es que los padres de Psique, preparan la procesión nupcial o cortejo fúnebre y llevan a Psique hasta la roca encima de la montaña, donde la encadenan. Después de apagadas las antorchas, Psique queda sola y envuelta en tinieblas.
En todos los mitos, la Gran Diosa Afrodita, tiene como símbolo, residencia y trono, una roca sobre una montaña sagrada. Desde ese lugar elevado, desde ese regazo surgido de la profundidad del mar, la Diosa rige la Vida del mundo que la rodea. Machu Pichu, el Anapurna, el Hara, el Monte Fuyi, Peña Sagra en los Picos de Europa, y tantos otros lugares, nos recuerdan que ellos son la Diosa entronizada en la Naturaleza.
Cuando Darwin invocaba el Principio de Selección Natural para explicar el origen de las especies, y a pesar de que su deducción no era correcta, estaba, inconscientemente, aplicando una idea arquetípica de que la Vida se alimenta de la Muerte. Y es que el hecho más oscuro de la Gran Diosa, lo vemos en sus representaciones más arcaicas, es exigirle a la Vida un sacrificio de sangre para seguir perpetuando la Vida. El gran héroe Quetzalcoalt, no pudo negarse a la llamada de la Gran Madre Devoradora y se lamenta por ello: “Nuestra Madre la Diosa, dice, con el manto de serpientes, me lleva con ella como hijo suyo. Lloro.”
Psique espera a la muerte. Eros, preparado con su flecha espera a que esta aparezca, para dispararle y que esta se enamore de Psique. Michelangelo Palloni.
En lo que respecta a Psique, su castigo es casarse con la Muerte. ¡Morir el día de su boda! Psicológicamente esto significa que una etapa de su vida ha concluido y que aquellos elementos femeninos con los que vivía hasta ese instante han de morir. Es, en éste sentido, que la boda sea también un funeral.
Nada ha cambiado desde entonces. Solo hemos perdido el significado del rito, si es que alguna vez llegó a ser consciente. El novio llega hasta el altar del sacrificio con su padrino y amigos para raptar a la novia que, entregada por su padre, es aún custodiada por las madrinas y damas de honor, protectoras de su virginidad. La ceremonia, el rito, no es otra cosa que la simulación de un combate, de una batalla como la que libraron las "Doncellas de los Pozos" en el mito del Grial. A veces la novia derrama lágrimas que la hagan digna de la muerte de una porción de su existencia. Ante ella, al otro lado de la Muerte, una nueva existencia, una nueva vida, se abre con el festín y el ágape que atestiguan su nuevo poder como desposada y matriarca.
Por desgracia, carecemos de la consciencia necesarias para comprender el aspecto dual del matrimonio. Intentamos verlo como algo "vestido de blanco" (el blanco era símbolo de luto en las antiguas culturas), y jubiloso. Pero hemos olvidado las honras fúnebres adecuadas a la muerte de una porción de vida antigua; por ello, cuando más tarde el hecho emerga en nuestras emociones, no lo hace de forma apropiada y, en muchas mujeres, perdura siempre en su interior; también experimentará con ira un feroz resentimiento hacia su matrimonio.
Las bodas de Eros y Psique, óleo de François Boucher, 1744
La alegría del ágape nupcial sólo es posible si incorpora en si misma lo que ha sido sacrificado. A Afrodita no le gusta que sus doncellas mueran a manos de los hombres. No forma parte de su naturaleza el someterse a un hombre. Por ello, la Afrodita interior de cualquier mujer llora el final de su virginidad. Su actitud es una pura paradoja: exige la boda, pero se resiste por la pérdida de la virginidad. Y este profundo eco que resuena desde el Alba de la Humanidad, aún no se ha apagado en la mujer contemporánea, aunque nada sepa de ello conscientemente.
La actitud paradójica de Afrodita es la actitud paradójica de la Evolución de la conciencia. Es Afrodita quien conduce a Psique a la muerte, pero también, por ser la Gran Casamentera, genera las mismas nupcias a las que se opone. La evolución de la consciencia hacia el matrimonio, va acompañada de un tirón regresivo lleno de nostalgia por la autonomía y la libertad de aquel estado de cosas que antes era. El problema de muchas mujeres es que, en su interior más profundo y de forma inconsciente, aún vive una niña que no ha querido o no ha podido crecer y convertirse en mujer.

Medallón de Afrodita. Eros y Psique a ambos lados. Hacia 250 a.d.C.
(Continua)

1 comentario:

  1. muy interesante, me gustaría ponerme en contacto con Usted ya que me intereso de Jung y quisiera compartir reflexiones con otras personas. un saludo

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