<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 17/04/1994>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA
<TÍTULO>: Cuando los sueños florecen.
<SUBTÍTULO>: Denis Devaris. Arquitecto de sueños.
<AUTOR>: Alfiar
<SUMARIO 1>: "El destino de estos niños, la misión de estos seres necesitados, es hacernos llegar un mensaje de amor."
<SUMARIO 2>: "Los edificios poseen individualidad..., son felices en la situación en que se encuentran..."
<ILUSTRACIÓN 1>: Denis Devaris
<ILUSTRACIÓN 2>: Detalle. Rincón de acceso al estudio.
<CUERPO DEL TEXTO>:
"Manifestamos nuestra convicción de que
ha llegado el momento de hacer más humana nuestra sociedad. No solo criticar,
sino tener el coraje de empezar a hacer algo en nuestra actividad diaria,
profesional y social; siempre hay posibilidad para el que desea actuar
positivamente. Queremos compartir nuestro convencimiento con todas aquellas
personas con inquietudes, sobre esta actitud diferente ante la vida y
comunicarles que esta necesidad espiritual, junto con el deseo anímico de los
necesitados de cuidados especiales para su realización, se ha materializado
poniendo la piedra de fundación en Adeje de Tenerife, en Cristóforo." Denis Devaris
(...)
Conocí a Denis Devaris durante unas Jornadas sobre "Visiones, Proyectos y Utopías"
celebradas el pasado Diciembre en el Puerto de la Cruz. Quedé impresionado
ante su acogedora, dulce y enérgica personalidad que emanaba confianza. Pero lo
que más me impresionó fue la lectura de un folleto que me entregó, en el que
hablaba de la realización de un sueño: El Centro Cristóforo. De dicho folleto
son las palabras que encabezan este artículo. Todo un manifiesto a la
esperanza.
Allí mismo, quedamos para una posterior visita y que nos enseñará su
obra, ese sueño hecho piedra y esperanza que había realizado en Adeje. No fue
hasta el último domingo de Enero del presente año que un grupo de tres matrimonios,
amigos de Denis y amigos entre si, acudimos a la cita.
La puerta del Centro Cristóforo está flanqueada por una torre con un
campanario. Al sonido de la campana, el propio Denis nos abrió la puerta.
Llevaba en la mano un apero de jardinería, un sombrero de paja cubría su
enmarañada y ensortijada cabeza, el torso desnudo, pantalones cortos y
chancletas. Era nuestro personaje. Desde la profundidad de sus ojos serenos, al
otro lado del aro fino de sus gafas, nos ofreció una sonrisa de bienvenida.
Subimos por una leve pendiente hacia el sueño hecho realidad de Denis,
bueno, parte del sueño, porque lo que daba sentido a todo aquello eran los
niños necesitados de atención especial, para el que había sido construido aquel
centro.
Alrededor de una huerta central, preparada biodinámicamente, se
alzaban una serie de edificios construidos con piedra volcánica, bloques de
plataneras y madera, parte de la cual eran restos de antiguas construcciones.
¡Qué armonía en las formas! ¡Qué belleza en el conjunto! ¡Qué profundo sentido
de una estética integrada en el medio natural, en el terreno de donde surgían y
hundían sus raíces aquellas construcciones que, individualizadas unas de otras,
rodeaban aquella huerta central! Terapia a través del medio, lo llamó Denis.
-
Edificios, patios, jardines... -nos explicó-, están construidos orgánicamente;
los espacios, en si mismos, son libres, no están obsesionados por la geometría.
Hay que guardar un respeto a la morfología y a la textura del medio natural. El
cuerpo humano expresa claramente la diferencia que existe entre los elementos
que lo componen y, al mismo tiempo, todo en él se relaciona maravillosamente.
Habíamos formado un círculo a su alrededor. Escuchábamos sus palabras
a la vez que contemplábamos la profunda armonía y la apacible sensación que se
desprendía de aquel lugar. Todo parecía irradiar de aquel centro biodinámico:
talleres, clases, cobertizos para animales...
-
De la misma manera que en el ser humano -siguió diciendo Denis-,
los elementos de un edificio tienen también su propia personalidad, expresan
sus aspectos individuales, aunque se someten a la idea general y contribuyen a
la expresión total del edificio. En el siguiente nivel, igualmente, cada
edificio tiene su identidad, pero se relaciona con los edificios de su alrededor
en forma artística. Como podéis ver, los edificios poseen individualidad, cada
uno con unas características propias bien pronunciadas, son felices en la
situación en que se encuentran, se nos muestran como si hubieran estado ya ahí
desde hace siglos, y nos dicen que quieren seguir ahí unos cuantos siglos
más... Si el Teide no se enfada ante tanta construcción turística -apostilla en
broma- y nos tira todo por el suelo un buen día.
Sería necesario decir que Denis es arquitecto por la universidad de
Laussana (Suiza), nacido en Atenas (Grecia) y que estudió Filosofía en la Universidad de Atenas,
Psicología en el Goldsmith College
de Londres y que fue profesor de Arquitectura y Bellas Artes en las
Universidades de Nairobi, Kenia y Singapur. Ha dirigido construcciones en esos
continentes además de Europa.
Denis llegó a Tenerife hace veintidós años para construir hoteles en
las Américas. Fue la influencia de su esposa Michaela Halla, de origen
austriaco, que en el momento de nuestra visita se encontraba en Gran Bretaña, y
que es una antropósofa de la tercera generación, el alma del centro según él,
por lo que Denis, que es un gran conocedor de la filosofía de Rudolf Steiner,
hace doce años decidió y concibió el proyecto de crear un centro, una
Asociación Libre de Arte, Agricultura y Educación -el Centro Cristóforo-, para niños necesitados de cuidados especiales.
Hace ahora ocho años y después de las autorizaciones oficiales
pertinentes, el Centro Cristóforo abrió sus puertas. Guillermo, uno de los
amigos que rodeábamos a Denis, preguntó sobre las ayudas que recibía para su
mantenimiento. Nos explicó que, a parte de una módica subvención del Gobierno
de Canarias, del apoyo de los Ayuntamientos de la zona y de los padres de los
niños, no había más ayuda. Pudimos entrever que gran parte de estos apoyos, eran más bien buenas
intenciones que ayuda real. Sospeché, ahora que lo conozco un poco más, que él
había sufragado personalmente gran parte de los gastos.
Mientras contemplábamos un bello claustro o galería de madera y piedra
volcánica que cerraba la huerta biodinámica por una de sus ángulos ya que los
otros están abiertos a espacios libres, Denis pidió permiso para ausentarse
unos momentos. Regresó vestido con un pantalón claro de algodón, un camisa
griega de amplia manga que le caía suelta y un largo chaleco artesanal. Se
había quitado el sombrero y su larga barba y cabellos gris plata reflejaban los
destellos del sol de la mañana.
Visitamos el taller, las clases, la cocina, mientras nos explicaba las
motivaciones de su sueño.
-
Tenemos la convicción y la experiencia de que existe, dentro de cada ser
humano, una entidad espiritual sana, una individualidad indestructible que toma
forma en la imagen espiritual de una persona, incluida la que necesita cuidados
especiales. Nuestro trabajo consiste en la práctica de una intervención
anímica, diaria, en la vida práctica, bien sea en la escolarización especial,
en la asistencia médico terapéutica o en los talleres terapéuticos. Nuestra
experiencia directa ha transformado y convertido este ideal en una convicción.
-
Es difícil mantener una atención especial a esos niños deficientes -señala Pepi, la mujer
de Guillermo-, ¿cómo habéis solucionado el problema?
- Cuando
comenzamos -nos cuenta Denis apoyado en el borde de la cocina-, no
teníamos una conciencia clara sobre la extensión de este problema social. Es
algo que ocurre frecuentemente. Una labor importante, que requiere esfuerzos
continuos, empieza sin un conocimiento completo de los rasgos y las
dificultades que hay que afrontar. Este grado de ignorancia es el que nos
permite comenzar; las dificultades que luego van apareciendo, fortalecieron
nuestro coraje y pusieron a prueba nuestra determinación. Los sufrimientos en
el camino se convirtieron en veladas oportunidades una vez que la dificultad
fue vencida.
En una pared de la cocina había colgado un menú. Me quedé mirándolo
porque había algo extraño en él.
-
Se intenta acoplar a los aspectos individuales de cada uno, las características
de cada día de la semana -me aclara Denis ante mi gesto de asombro. Los
lunes están regidos por la Luna,
los martes por Marte... Los alimentos están en consonancia con esos aspectos.
La dieta trata también de suplir las deficiencias alimentarias de algunos
niños.
Hablamos de la realidad social de esos niños con discapacidad física y
psíquica, de su marginación y de su ocultamiento social.
-
Después de estos años de actividad en este tipo de trabajo, hemos llegado,
progresivamente, a la convicción que el problema de los niños necesitados de
cuidados especiales, no es un problema aislado que se puede resolver en centros
especiales o en gabinetes terapéuticas. Lo que se llama subnormalidad (es la
primera vez que usa esa palabra, siempre se refiere a ellos como niños
necesitados de atención especial) es un problema de la estructura social que es
la que establece la norma. Hay deficiencia mental cuando la sociedad establece
un programa educativo basado exclusivamente en la intelectualidad, denegando
con ello el acceso a la cultura y al propio desarrollo a personas como éstas.
Denis parece muy interesado en que comprendamos este aspecto del problema.
Por ello insiste en el tema.
-
Lo que se llaman deficiencias físicas o psíquicas es el problema que tiene una
sociedad que se desarrolla al margen de consideraciones éticas y morales. No
puede haber integración, allí donde no hay cambios fundamentales en la actitud
de la sociedad normal, para atender las necesidades de cualquier ser humano.
Ante la actitud materialista que ve al ser humano como si fuera una máquina, no
se puede entender el sentimiento de las personas necesitadas de cuidados
especiales, porque el problema está a otro nivel.
Salimos de nuevo a los paseos y jardines que rodean la huerta central
y hacemos unas fotografías. Siete flamboyanes rodean un lado de la huerta.
Denis nos llama la atención sobre el hecho que unos han perdido las hojas en
invierno y otros no. Nos comenta que los que han estado más cerca de la
influencia del preparado biodinámico de la huerta han conservado las hojas.
Mientras los contemplamos, pregunto a Denis:
- ¿Antes te referías a un nivel espiritual?
-
Siempre estamos llamando a ese ser interno que busca manifestarse. Todos
nosotros, profesores y terapéutas de orientación antroposófica, somos
conscientes de nuestra inmensa responsabilidad y de nuestra obligación moral de
ayudar, dentro de los límites de nuestras posibilidades. Ayudamos a las
personas que necesitan cuidados especiales a llegar a la realización de su
propio yo. Esta es la tarea esencial. No está por un lado la aceptación pasiva
de esas limitaciones y por otro la esperanza no realista de una curación
milagrosa. Esta claro que sus condiciones de vida son más difíciles que las de
sus compañeros sin deficiencias, pero exactamente por esta razón de que
afrontan condiciones de vida más duras en sus intentos de autorrealización, es
que debemos considerarlos como seres humanos que traen tareas especiales para
realizar en este mundo en relación con sus destinos.
Denis nos invita a un refresco. Nos sentamos en una terraza que hay
ante dos construcciones en las que están su estudio y su vivienda. Servidos los
refrescos, Denis continúa hablándonos sobre este tema tan interesante que acaba
de abordar: los niños minusválidos son seres que han elegido ese aspecto para
desarrollarse espiritualmente desde una posición difícil y para ayudarnos a
nosotros a que nos desarrollemos también al ayudarlos.
-
La integración -dice-, no es sólo la de preparar a las personas que necesitan
cuidados especiales hacia la independencia individual, sino la de preparar
también a la sociedad para recibir a estas personas. Es una tarea enorme la de
transformar una mentalidad materialista, profundamente enraizada, que ve al
hombre exclusivamente como un ser físico, pero que ignora la necesidad de un
desarrollo espiritual. Quizás el destino de estos niños, desde su posición, sea
también el de ayudarnos a desarrollar este mundo, tan lleno de conflictos, así
como nuestra capacidad de amor. También permitirnos crear las condiciones
adecuadas para recibir este mensaje humano.
José Luis, Ángeles, Mari..., todos comentamos la dificultad que una
idea así entraña para el común de los mortales. La sociedad soluciona el
problema desde instituciones creadas al respecto.
- Estamos
convencidos -la confianza de Denis en lo que dice es enorme-, que
un medio ambiente institucionalizado y clínico, no se puede educar ni sanar, ni
ofrecer asistencia especializada a las personas que necesitan de cuidados
especiales. Es necesario crear centros vivos, integrados en la naturaleza,
llenos de calor, cariño y sentimientos creativos. De esta manera podremos
penetrar en el alma y en el espíritu de esos seres cuyo espíritu sano está encerrado
en una mente o un cuerpo enfermo. El destino de esto niños -añade con una
enigmática sonrisa-, la verdadera tarea de estas personas necesitadas de cuidados
especiales, es hacernos llegar un mensaje de amor.
El cielo se ha cubierto y sentimos frío. Denis nos invita a entrar en
su estudio. Es realmente bello. Acogedor y, en el, cada rincón, cada detalle,
posee vida propia, a la vez que aporta belleza al conjunto. Nos sentamos en el
suelo sobre una gruesa piel, frente a una chimenea. Se vuelve a plantear el
tema de la arquitectura.
-
Mientras nos movíamos entre estos espacios exteriores e interiores, hemos
estado recibiendo experiencia rítmicas de concentración-expansión. En general
recibimos impresiones anímicas que actúan en nosotros inconscientemente. No es
cuestión de construir edificios estéticamente hermosos, ni suficiente con
admirar una bella fachada. Es vital saber relacionar los espacios y establecer
una armonía entre ellos. Tener en cuenta la relación que debe existir entre
edificio y edificio. Han de darse las manos, respetarse mutuamente, quererse,
desde sus terrazas, sus muros, sus jardines... Es el movimiento, el gesto entre
ellos y sus relaciones armónicas las que contribuyen a la aparición de una
relación humana y la creación de una comunidad armónica para el desarrollo de
la vida espiritual libre. Y cuando, los edificios -concluye- llegan a crear
este ambiente amoroso y lleno de paz, solo entonces, pueden ofrecer ese
elemento de Verdad que hay en su belleza.
Hablamos de Teosofía, de Rudolf Steiner el creador de esta ciencia,
del contenido de su visión básica de la vida, del método de educación Waldolf
desarrollado por él... En el interior del estudio el ambiente se había hecho
atemporal, cálido y unificado. El tiempo había volado. Propusimos ir a comer a
algún lugar, Denis se ofreció mostrarnos uno en una playa de la zona, pero
antes, a iniciativa de Pepi, fuimos a ver los establos, gallineros y demás
animales.
En el restaurante se estaba bien. Seguimos charlando mientras
comíamos. Denis no se cansaba de hablar de sus niños y del trabajo que hacía, y
como los resultados les llenaban de alegría.
-
Nuestro trabajo está profundamente relacionado con el entorno. Nuestra tarea es
desarrollar un centro que permanezca conectado con la tierra y su pueblo.
Nuestros niños no son tontos, no son subnormales, necesitan solamente una
educación especial y un medio ambiente adecuado pata poder desarrollar su individualidad.
Nuestros niños no son tristes, no son desgraciados. Pero si al encontrarlos
decimos: ¡Oh, qué pena!, proyectamos nuestra actitud triste sobre ellos. Su
característica común es la dificultad que tienen para entrar en contacto
directo con el mundo que nos rodea, un mundo que ha perdido el contacto con la
naturaleza. En nuestro centro creamos un medio ambiente armonioso con la
naturaleza, así ayudamos a nuestros niños a estar en contacto con el mundo.
La sobremesa toca a su fin. Se hace tarde. Regresamos a casa de Denis.
Ante la puerta, nos despedimos con un abrazo. Ha sido un día increíblemente
grato. El camino de vuelta transcurre en silencio, cada uno parece querer estar
a solas con la esencia de belleza y armonía que el Centro Cristóforo ha dejado
impregnado en nosotros.
Antes de poner fin a este reportaje, y para aquellos que quieran
prestar una ayuda como socios protectores de la Asociación Libre
Cristóforo, les animo
para que vayan a visitarlo, así podrán conocer lo que es una verdadera mansión
de Amor.
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