jueves, 23 de agosto de 2018

La Enseñanza Esotérica 18


LA ENSEÑANZA ESOTÉRICA

(18)



Continuamos con la descripción de la emergencia de los “niveles de existencia”. De pronto, un Meme Azul (o varios), cansado de tanta ley y norma emanada de “Lo Alto”, harto de sufrir inútilmente por miedo a ser castigado por sus pecados, incapaz de seguir llevando a cuestas su sentimiento de culpabilidad a causa de sus transgresiones, según la justicia de la Voluntad Única, se da cuenta de que puede alcanzar la felicidad de otra manera: disfrutando de la vida, acumulando bienes materiales, riqueza y poder, expresando su “yo” hacia fuera con el propósito de satisfacer sus deseos lo más rápidamente posible, lo que lo asemeja al Meme Rojo, aunque tres grandes diferencias les separan: 1ª/ Como el recuerdo de la violencia del nivel Rojo permanece en él, y eso es algo por lo que no está dispuesto a pasar ningún ser humano que haya trascendido ese nivel, pone barreras a la realización de sus deseos tratando de evitar cualquier enfrentamiento con los demás.
(...)

Esta aparente humanidad es solo estratégica, pues en su fuero interno es egoísta y duro y se aferra al cientifismo, convertido en la ley del más fuerte (¿recuerdan la serie “Dallas”?) para llevar a cabo sus propósitos. Su único temor es la muerte. 2ª/ No querer sufrir la violencia de los demás, no es una razón suficiente para renunciar a los propios deseos. Basta con calcular que cantidad de yo personal ha de sacrificar para ello. Todo es cuestión de estrategia. Al tener una mayor visión del futuro que los dos memes anteriores, puede prever las reacciones y planificar las estrategias para obtener el máximo beneficio con el menor número de sinsabores. Calcula fríamente el rendimiento de la inversión de su yo. ¿No es esto lo que hacen muchos políticos y empresarios actuales? 3ª/ La imagen de sí que quería ofrecer el Meme Rojo era de fuerza y heroicidad. El Meme Naranja quiere ofrecer la imagen de confort y plenitud de placeres materiales. Al igual que los anteriores (Rojo y Azul), el Naranja también quiere hacer visibles sus logros. Construye los edificios más altos y grandes hacia fuera o hacia lo alto, aunque este materialismo exterior va acompañado por un profundo desinterés y desprecio por la vida interior, que era la fuerza del Meme Azul. Para él, las emociones deben controlarse y no manifestarse.
Para lograr este bienestar material, el Meme Naranja se apoya en dos herramientas: el conocimiento y la acción. Un conocimiento (ciencia aplicada) que derive en tecnología aplicable (no le interesa el conocimiento per se) y cuyo resultado sea “progreso” (uno de los valores fundamentales para este meme), progreso material y personal. Mientras haya progreso, los problemas serán lo menos importante, ya se resolverán cuando llegue el momento. Y una acción a cualquier costa, sin importar las consecuencias.
El Meme Naranja es optimista: para él el mundo se encuentra lleno de oportunidades de las que se puede disfrutar si se hace el esfuerzo necesario; para él no es ningún problema construir centrales nucleares o plantas químicas, aunque generen desechos tóxico. Todo es competencia, por ello es el más enérgico, el más hábil, el que mejor haya sabido calcular los riesgos, el que gana. Por ello las guerras ya no son una cuestión honor, sino una cuestión de estrategia económica, de ahí que deban ser planificadas. En su búsqueda por la satisfacción material, el Meme Naranja solo cuenta consigo mismo, en su interés personal, en cuyo nombre todo está permitido.
“Un profesor de Filadelfia pidió a sus estudiantes que enunciaran comportamientos inadmisibles en la empresa. Silencio general. Cuando insistió, un alumno especialmente brillante tuvo una idea: “Bueno, a pesar de todo, me imagino que uno no puede matar a sus subordinados”. Ese “me imagino” es absolutamente impensable. En cualquier caso, dio pie a que se lanzara el debate, pero los estudiantes no pudieron ponerse de acuerdo sobre ningún otro comportamiento verdaderamente reprensible. El profesor, atónito intentó hacerles comprender que tal amoralidad iba a crear un mundo difícil para vivir. Sus estudiantes le trajeron bien pronto a la realidad: “Es el mundo en el que ya estamos viviendo.” (Serge Halimi “Étique e liberté economique”, Le Monde Diplomatique, febrero de 2.005, p. 2.).
¿Por qué hemos de rasgarnos las vestiduras por lo que ciertos personajillos de nuestra política y de nuestro mundo empresaria y financiero llevan a cabo? Son así y, en principio, no pueden actuar de otra manera.
Todos ellos, como buenos Memes Naranjas poseen una visión positiva de la vida y una buena dosis de confianza en sus propias capacidades, aunque siempre vista desde su egoísmo y narcisismo. Pragmáticos, curiosos e innovadores, aprenden por el método de ensayo y error, y lo llevan a cabo a partir de fuentes de las que no les importa como han sido conseguidas. A ellos les debemos, en contrapartida, muchos de los llamados logros científicos. Para ellos, el universo y el mundo son una maquinaria racional perfectamente engrasada que sigue leyes precisas que pueden ser estudiadas, dominadas y manipuladas en beneficio propio. De ahí su fe en la ciencia materialista y reduccionista, que surgió en el siglo XV y cristalizó en el XIX y principios del XX.
Representan el 30% de la población mundial y poseen el 50 % del poder. Es aquí donde hay que buscar una de las causas de lo que sucede en nuestro mundo.
Se conoce bastante bien como se ha desarrollado la sociogénesis del Meme Naranja. Su afloramiento se produce en plena época histórica, y sobre ello existe una abundantísima información. Sabemos también que su emergencia se produjo, principalmente, en Europa y en Los estados Unidos y de una forma bastante homogénea, cosa que no sucedió igual con los Memes anteriores.
La emergencia de este Meme se produjo en tres etapas: a) Apareció primero a nivel intelectual, allá a principios del Renacimiento. b) En la época de la Revolución Industrial (S. XIX), estas ideas se aplican a los asuntos de la vida. c) Por último, a finales de la década de los años sesenta del S. XX, se convierte en el nivel de existencia dominante.
Todo comenzó, podríamos decir, en una esfera meramente científica (la Ciencia y la Filosofía aún permanecían unidas. La última condena inquisitorial llevada a cabo por el Meme Azul, fue la de Galileo en 1633). También se refugia en la reflexión filosófica. Montesquieu (1689-1755), en pleno Siglo de las Luces, decía:
 “…recibimos tres educaciones distintas o contrarias: la de nuestros padres, la de nuestros maestros y la del mundo. Lo que nos dicen en la última echa por tierra todas las ideas de las primeras. Esto viene, en parte, del contraste que hay en nosotros entre los compromisos de la religión y los del mundo; algo que los antiguos no conocían”.
La Ilustración convirtió en Diosa a la Razón, la entronizó en Notre Dama de París, y la cambió en un dogma, una herramienta predominante. Su mensaje sintetizado era: ¡Atrévete a pensar! ¡Utiliza tu propio entendimiento! Y los que pensaron, pusieron patas arriba la sociedad del Despotismo Ilustrado. Es entonces cuando reaparece la idea de Democracia, que provoca profundas reformas en Inglaterra y, como una levadura, inflama las siguientes revoluciones, comenzando por la norteamericana y la francesa. Una idea es consensuada: el bien común y la suma de las satisfacciones individuales. Su difusor fue Adam Smith (1723-1790). Todo esta a punto para que el paso a la segunda fase se produzca, pero necesita un contexto. Se lo proporcionará la Revolución Industrial. Fue así como Inglaterra, Francia, Alemania y los nacientes Estados Unidos de Norteamérica, dejarán de ser sociedades agrarias y se convertirán en sociedades industriales.
Éxodo rural, trabajo asalariado, aparición del proletariado y de las primeras reivindicaciones sociales, cuestionamiento de las normas del Meme Azul, fin de la esclavitud, igualdad de derechos, un enriquecimiento sin precedentes, por una parte; pobreza y miseria como antes nunca había existido por otra…, insatisfacción frente a la rigidez social.
En los años setenta se produce el último ataque violento contra el Meme Azul: el mayo del 68 y sus subsiguientes consecuencias ponen en primer plano los valores del Meme Naranja: responsabilidad, realización individual, rechazo a todo tipo de autoridad, rechazo a las tradiciones…
¿Cómo se manifiesta el Meme Naranja en nuestra sociedad actual? Dado el alto porcentaje de población inscrito en él y su alta tasa de poder, se ha convertido en el Meme dominante; por ello dirige la política, la economía y las decisiones internacionales, aunque sigue centrado en los países que lo vieron nacer.
Pero ya desde mediada la segunda mitad del siglo XX, sus valores comenzaron a ponerse en entredicho. Aunque por una parte se considera que sus aspectos positivos son válidos: ser la primera generación que (en teoría) no conoce el hambre, ni la guerra (en sus territorios), tener el índice de mortalidad infantil mínimo, la esperanza de vida más elevada, bastarles con pulsar un botón para tener luz, música, televisión, coche…; pero sus defectos son inaceptables: es necesario competir por todo. Ello crea tensiones, stress, enfermedades… El Meme Naranja desea que sus hijos sean los mejores de mundo a cualquier costo, por ello se les fuerza; aunque, si no se deja que los niños se afiancen en el desarrollo y manejo de las cualidades del Meme Azul, para que domine los excesos del Meme Rojo, solo se conseguirá una variante del Meme Rojo, poniendo en dificultades su integración social.
¿Cómo convivir con el Meme Naranja? Al contrario que con el Azul, que no admitía ningún diálogo respecto a su ideología, el Naranja si admite una confrontación directa, aunque solo le interesen cosas novedosas, científicas, el progreso, la competitividad y la imagen. No presta atención, ni considera importante, ideas o informaciones que se salgan de esos parámetros. Ya que el Meme Naranja busca sobre todo satisfacción personal, y que para lograrlo teje redes de poder e influencia en la que todos los implicados se apoyan y todos ganan algo, donde todo es negociable o está en venta, desde la personalidad hasta el nacimiento y la muerte, le bastará una mirada para saber si nos sitúa entre los ganadores o los perdedores. Es importante saber que en él apenas hay espacio para la emotividad y la intimidad, y que sus prioridades son las alianzas comerciales y la explotación de los recursos del planeta. Para él, un ser humano es algo negociable, un recurso que hay que gestionar lo mejor posible. ¿Dónde lo encontramos? En Wall Street, los paraísos fiscales, la Costa Azul, las clases mediales altas, la industria de la moda y la cosmética, los laboratorios farmacéuticos, las entidades financieras, los grupos neocolonialistas, los líderes políticos… La lista es larga.
Ninguno de los memes es bueno o malo, considerado en si mismo, aunque potencialmente puede ser las dos cosas, incluso al mismo tiempo. Sustentado en la ciencia aplicada y en la tecnología, el Meme Naranja nos ha proporcionado poder y logros inimaginables; pero, a la vez, ha causado terribles estragos: contaminación, efecto invernadero, cambio climático, técnicas de guerra inimaginables, incremento de las diferencias sociales, sentimiento de soledad en las relaciones personales, ausencia de valores, vacío existencial… Esta violencia del impacto del Meme Naranja ha provocado la aparición de un nuevo meme, el Verde y, con él, emergieron también nuevos sistemas de valores y una vuelta hacia el mundo interno.
Los investigadores señalan que el Meme Verde es consciente de los límites del Meme Azul y del Meme Naranja; y que por ello acepta el sacrificio de su yo, a fin de establecer la armonía para si mismo y para los demás. Su rechazo hacia el Meme Azul es el rechazo hacia todo tipo de dogmas; su rechazo al Meme Naranja es por su falta de armonía. Para el Meme Verde todo es relativo, no existen verdades absolutas, lo cual implica que nadie puede imponer su verdad a nadie, y que cualquier decisión ha de tomarse por consenso. Alcanzar la armonía, para este meme, requiere de dos condiciones: Expresar lo que se experimenta emocionalmente frente a cualquier situación. Y poner todas las cartas sobre la mesa, a fin de que pueda producirse un intercambio sincero que permita llegar a un consenso.
Y aunque analice intelectual y científicamente todas las variables de un problema, la decisión final se tomará sobre criterios emocionales, teniendo cuidado de no herir la sensibilidad de nadie. Para conseguir su propósito se llena de paciencia y nunca tiene prisa. Es así como el Meme Verde crea un fuerte sentido de comunidad (el Púrpura lo había pretendido desde la reciprocidad, el Rojo desde la fuerza, el Azul desde la creencia); y cualquier tecnología de comunicación le es útil para sus propósitos: móviles, tabletas, Internet, redes sociales… A la vista de lo que sucede a nuestro alrededor, ya podemos intuir por donde van los Memes Verdes.
El rechazo del Meme Verde hacia el Naranja es total (y viceversa). Considera que la Tierra es el hogar común de la Humanidad y que sus recursos pertenecen a todos. Con el Meme Verde y, por primera vez en la Historia de la Humanidad, pasamos de una visión etnocéntrica y egocéntrica del mundo, a una visión mundicéntrica.
El sentimiento de culpabilidad había desaparecido en el Meme Naranja; ahora vuelve con el Verde, pero no es el mismo, no es sentirse individualmente culpable por haber obrado mal, sino sentirse colectivamente culpable de “derrochar” y “consumir” ante una sociedad que nada en la abundancia, mientras gran parte de la humanidad pasa hambre.
Se considera que la aparición del Meme Verde aconteció a principios del siglo XX; por lo tanto, es un meme que aún está emergiendo en el centro de una realidad Naranja. También su aparición se inició en el campo del pensamiento, lo que indica que la actividad mental cumple una función importante en la aparición de los últimos memes. Filósofos y antropólogos como Foucoul, Lyottard, Darrida, E. Morin, se caracterizan por un profundo rechazo al materialismo, al idealismo y al racionalismo; hacen una fuerte crítica de la tradición universalista de la Filosofía y se oponen al historicismo. A su vez, sus adversarios Naranjas los tachan de relativistas, nihilistas y fuera de realidad. Encontramos movimientos paralelos en arquitectura, pintura, literatura y otras artes. Existen algunos núcleos en el mundo empresarial, sobre todo en la manera de dirigir y gestionar las empresas, favoreciendo el intercambio, como prioridad frente a los objetivos exclusivamente económicos.
El Meme Verde cala en las socialdemocracias de los países del norte de Europa. En política predican estados de bienestar. Laicos y multiculturales, luchan por proteger el medio ambiente, los derechos humanos, el comercio justo, y generalizar servicios públicos eficientes de sanidad, educación y sociales, aplicando impuestos fuertes y progresivos. Son tolerantes ante temas como el aborto, la homosexualidad y las drogas blandas.
Un 10% de la población mundial ha alcanzado ya este nivel, pero su cuota de poder es aún baja, un 15%, lo que hace que su implantación e influencia, frente al poder que controla el Meme Naranja, sea aún marginal. Podría decirse que se encuentra aún en una primera fase de su sociogénesis, aunque su crecimiento es muy rápido, sobre todo en Estados Unidos y en aquellos países donde el Meme Azul es más débil. (Estos porcentajes pueden haber cambiado, pue son de hace ya algunos años).
Algunos memes anteriores, como el Púrpura y el Rojo, ni siquiera son conscientes de su aparición. El Azul lo ve como una amenaza nociva, mientras el Naranja se encuentra convencido de que el sistema del Verde es inviable e ineficaz, al basarse en el relativismo y en las emociones del ego. Allí donde ha arraigado, el Meme Verde comienza a emerger a partir de la edad adulta: el sistema social y la educación le han preparado para ello. En otros lugares, el proceso evoluciona de marea particular según los individuos.
Para lo memes anteriores no es fácil comunicarse con el Meme Verde, pues se requiere de una visión que sea a la vez individual y colectiva. Por un lado, hay que escucharlo como individuo, interesarse por sus emociones en relación a lo que acontece; por otro, hay que ver su proyección hacia la colectividad y la comunidad. Su premisa básica es la de adoptar un discurso correcto y respetuoso hacia todas las sensibilidades. Saber que rechazará cualquier tentativa de tomar el poder, de acelerar los procesos, de conspirar o de enfrentar a los unos con los otros. Por ello, las empresas actuales, centradas en su mayoría en el Azul o Naranja, no saben gestionar al Meme Verde, como tampoco saben hacerlo con el Púrpura o el Rojo. No les importa ser dirigidos, siempre que se les deje aprender y vivir en la interrelación, el intercambio y la cooperación.
El Meme Verde es un yo sensible. Se encuentra centrado en la comunidad, en las redes y en la ecología. Se ha liberado de la codicia y de los dogmas; su respeto y atención sustituyen a la razón fría; su máxima preocupación es el establecimiento de vínculos horizontales que se encuentren lo más lejos posible de toda jerarquía; dedica una gran atención a la espiritualidad, la armonía y a la necesidad del desarrollo humano. Igualitario y preocupado por valores plurales, multiculturalista y relativista, es subjetivo y de pensamiento no lineal. Con la actualización de éste meme, la conciencia experimenta un auténtico salto cuántico hacia lo que será el Pensamiento y la Conciencia de 2º Grado. Con ella, el pensamiento humano podrá desarrollarse tanto horizontal como verticalmente.
El hecho de que la emergencia de los memes se lleve a cabo “trascendiendo e incluyendo”, le confiere a este proceso una gran importancia. Cada uno de los memes que constituyen la Conciencia de 1º Grado, considera que su visión del mundo es la única válida, y por ello reaccionan negativamente cuando se sienten amenazados. Esto le ocurre también al Meme Verde. Y, como ya sucedió con los memes anteriores, el Verde también tiene un problema: niega el camino que le hizo emerger, al aplicar su idea de igualdad a toda la espiral, sin tener en cuenta cuan superficial o narcisista sea. Ken Wilber llamo a este problema Boomeritis, porque afectó a los Baby Boom, es decir, a la generación que se formó a la terminación de la Segunda Guerra Mundial. Fue en esta generación donde comenzó a emerger el Meme Verde. Su máxima: “¡A mí nadie me dice lo que tengo que hacer!”, se ha convertido en la esencia del narcisismo.
Boomeritis es, según Wilber, un extraño contubernio entre una alta capacidad cognitiva y un bajo narcisismo emocional. Así, la evolución de un meme pluralista se transforma en el refugio de una regresión a los memes inferiores más centrados en el yo (Púrpura y Rojo). Igualmente, sus nobles intentos de trascender las normas conformistas y su pretensión de ir más allá de una racionalidad demasiado rígida, para alcanzar una posición no convencional (postconvencional), terminan abrazando lo preconvencional, lo que incluye facetas regresivas y narcisistas.
Donde más se ha apreciado esta regresión es en los estudios culturales:
“…resulta manifiestamente imposible exagerar la inflación heroica del ego que aqueja a la crítica literaria y cultural académica.” (Lentricchia). “Boomeritis la sesgado de un modo significativo los estudios académicos, se halla detrás de la mayor parte de las guerras culturales, se oculta en cada rincón de la Nueva Era, impulsa la mayor parte de la actividad reconstructiva de la política de identidad y a diario crea nuevos paradigmas. No existe ningún ámbito, sin importar cuán inocente parezca, que haya escapado de su reformulación.” (Ken Wilber. “Boomeritis”. Edt. Kairós).
Boomeritis constituye, pues, un importante obstáculo para el desarrollo completo del ser humano, cuyo progreso ha de hacerse desde el Meme Verde, porque es precisamente desde él que emerge la conciencia de 2º grado. A parte de ser el pináculo de la conciencia de 1º grado, es a la vez el que permite el salto a la conciencia de 2º grado: visión lógica madura, perspectiva trampolín integral, personalidad integrada…
El narcisismo de boomeritis no es diferente de la rígida conformidad del estadio mítico-pertenencia del Azul o del racionalismo materialista del Naranja. Cualquier meme pre-verde se opondrá a la emergencia de una conciencia integral; por ello, las esperanzas para alcanzar una humanidad más humana se encuentran en el Meme Verde (unos 50 o 60 millones de personas).
Hemos dicho que el Meme Verde está infectado de narcisismo. Quisiera aclarar lo que significa esta palabra. Su origen es el mito de Narciso, que se enamoró de si mismo al ver su rostro reflejado en el espejo de la superficie del lago, mientras la ninfa Eco se convertía en piedra, esperando que Narciso de fijara en ella. Para la psicología, narcisismo es un desmedido interés en uno mismo, en la propia importancia, en las propias habilidades…, También podemos llamarlo egocentrismo. Pero el narcisismo no es únicamente sobrevalorar el yo y sus capacidades, pues conlleva, correlativamente, una infravaloración de los demás y de sus aptitudes. No es solo autoestima desproporcionada, sino devaluación del prójimo. La psicología clínica dice que el estado interno que les caracteriza es el de un yo vacío o fragmentado, por lo que intenta colmar ese vacío con un movimiento egocéntrico, cuya finalidad es engrandecer el yo a expensas de despreciar a los demás: “¡A mí nadie me dice lo que tengo que hacer!
El desarrollo de la conciencia se produce a expensas de una disminución progresiva del egocentrismo, por ello Boomeritis, como patología o enfermedad, es un verdadero obstáculo para alcanzar la conciencia de 2º grado. Cuando el niño pequeño pasa por su fase egocéntrica, no significa que solo piense egoístamente en si mismo, sino que no puede pensar, aún, en si mismo, porque es incapaz de diferenciarse aún de lo que le rodea, ya que todo participa de su conciencia. Pero el desarrollo supone una expansión de esta conciencia y una disminución del narcisismo, con lo cual se incrementa la capacidad de incluir cada vez más mundo en ella.
Si dividimos el desarrollo humano en preconvencional, convencional y postconvencional (también podríamos dividirlo en egocéntrico, sociocéntrico y mundicéntrico; o yo, nosotros y todos nosotros). El niño pequeño es preconvencional porque aún no ha aprendido las reglas y normas convencionales; es incapaz de asumir el papel de los demás; no puede sentir respeto y compasión auténticos; y por ello, es egocéntrico, egoísta y narcisista; lo que no quiere decir que no pueda experimentar sentimientos hacia los demás; lo que si quiere decir es que, comparado con los estadíos posteriores del desarrollo humano, sus sentimientos y su moral se encuentran aún anclados en los impulsos, los instintos y las necesidades fisiológicas.
El Meme Vede no es una utopía como predica el Naranja, el Azul o el Rojo; aunque considere narcisistamente que el mundo sería un lugar maravilloso si todos asumieran sus valores, si es una utopía desde el hecho que el Meme Verde no puede implantar a nivel global este nivel de conciencia, porque aún no posee poder suficiente. Además, es un meme muy frágil frente a los otros memes. Incluso su tendencia a resolverlo todo con el diálogo le hace ineficaz; pues cuanto mayor sea el grupo implicado en el asunto a solucionar, se necesitaría una eternidad para escuchar y tener en cuenta todos los puntos de vista y, si esto no puede llevarse a cabo, se paraliza.
Su punto de vista: necesidad de un nuevo sistema de valores que encauce el desarrollo humano de forma armoniosa y sin violencia, es correcto. Basta mirar alrededor para darse cuenta de que nada va bien; de que los individuos, las sociedades, el medio ambiente y el propio planeta, navegan sin piloto en un intento de alcanzar la armonía. Por ello mismo, en él se dan las condiciones para que se produzca una nueva emergencia: la del Meme Amarillo.



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