Viaje a Bolivia y
Perú
-Del 17 de Agosto
al 1 de Septiembre-
(Una visión personal)
Visita a "El Fuerte" de Samaipata (3)
En la introducción a
este relato de mi viaje a Bolivia y Perú comenté que aunque en la vida
cotidiana uno obvía estas cosas (todo lo que acabo de explicar en el artículo anterior), mi
conciencia se sitúa ante lo que observo como si fuera una conciencia ampliada,
aunque este no sea realmente el término adecuado para lo que me acontece, sino
que toda mi realidad, constituida por toda la memoria de mi pasado personal,
mis sensaciones, conocimientos, etc., interactúa con lo que estoy viendo en
este momento que es el Fuerte de Samaipata; el resultado de ello es todo lo que
he intentado que vean, junto conmigo, mientras se mezclaba en mi mente a lo
largo de las dos o tres horas que estuve allí. Por ello, este relato está
contado en presente, aunque luego yo haya necesitado bastante tiempo para
reconstruirlo literaria y gráficamente como lo ven ahora.
(...)
Aclarado esto, continuo
con el recorrido acompañado de Edwin y Cecilo, el guía.

Habíamos entrado por el
centro de recepción, en el plano a la derecha del primer lugar de descanso (1) después de una fuerte subida como ya
comenté; seguimos ascendiendo hasta el lugar de descanso o paradero (2); luego, siguiendo la vereda en curva
nos dirigimos hacia el mirador 1 (3)
donde saqué las primera fotografías de la roca y la contemplé por primera vez
al natural; continuamos hasta el mirador 2 (4) desde donde ya más cerca y con una vista más completa pasaron
por mi mente todo lo relatado en las dos partes anteriores de esta visita. Ahora,
aún desde encima del mirador 2, que recorremos a lo largo, puedo contemplar lo
que hay al lado sur de la roca, pues como ya señalé tiene la orientación
Este-Oeste.
Desde el mirador 2 (4), más bajo, ya no se ve la roca en su
parte superior, pero si se pueden apreciar los detalles de los trabajos
llevados a cabo en sus pendientes, sobre todo en la pendiente suroeste. Todo
parece muy desgastado. En su momento debió ofrecer un dibujo más claro de los
cortes verticales y horizontales realizados en la roca.
Cecilio, el guía, me
comenta que la primera referencia a Samaipata se encuentra en una “Probanza” de
Capac Ayllu (1569) que cuenta como se llevó a cabo la conquista del Oriente
Boliviano donde se dice: “…y así salieron a e hicieron muchas fortalezas en el
mismo Pocona… y puso en toda fortale[za]s muchos indios de diversas para que
guardasen la dicha fortaleza y frontera a donde dexo muchos indios orexones…”
- Pero la fuente más
detallada -me dice- es la “Relación” del padre Diego Felipe de Alcaya (1605).
Según cuenta la “Relación”, el Inka Wayna Capac (1493-1525), encargó a un
familiar llamado Wancane la conquista de los territorios que hoy formen los
valles cruceños y las llanuras del Grigotá. Cuando llegó a las tierras que
controlaban los Chané (ya he comentado antes que eran un gruopo amazónico que
hablaba Arawak), y establecieron una alianza con Grigotá quien fundo un reino
fronterizo entre el Kollasuyo y el Antisullo, que sería en actual El Fuerte.
- Creo que también
llegaron guaranies procedentes del Sur. -Le comento.
- Si, fue entre 1520 0
1522, estaban dirigidos por un aventurero portugués llamado Ajejo García, que
llegaron a El Fuerte y a la región con la pretensión de robar la “Montaña de Oro”,
matando a los dos hombres incluido e hicieron prisionero a su rey Huancané.
-¿Montaña de oro? -Le
pregunto.
- Si. -Me dice.- Una mina;
pero al parecer, y según la crónica, los mineros que ya habían sido avisados
del ataque, escondieron el oro extraído y taponar la entrada de la mina.
Grigotá y parte de su ejército lograron escapar y más tarde los derrotaron, enviando
al grupo guaraní al Cuzco. Segúan el cronista Alcaya, Wayna Kapac los sacrificó
desnudos en las heladas cumbres que rodeaban la ciudad; él fue el que les dio
el nombre de “chiriguanos”, una palabra quechua “chiri” significa frío y
“wañushka” significa muerto, es decir “muertos de frío”. Luego, los
conquistadores españoles también ocuparon el lugar, y seguramente a ellos se debe
el nombre de El Fuerte.
Una parte de la ladera
suroeste se encuentra cubierta por un chamizo de paja, pero desde donde estamos
no se puede ver que es lo que protege, así que seguimos caminando por la
pasarela elevada hasta que llegamos frente al chamizo y pudemos ver que cubría
una serie de oquedades talladas en la roca, unas tenían forma cuadrada y otras rectangular, parecidas a puertas que no
conducen a ninguna parte, o grandes horaninas de imprecisa finalidad, como se puede apreciar en las fotografías siguientes.
Además de las hornacinas, de distintos tamaños, se aprecian restos de muros,
como si estas hubieran estado en el interior de algún recinto. Seguramente
están realizando excavaciones y el chamizo es para protegerse del viento y la
lluvia.
Cecilio me informa que
entre el 800 al 1.300 d.d.C. los Mojocoyas y los Chanés ocuparon este lugar; y, con posterioridad, llegaron los guaraníes y hacia el 1350 y durante apenas cien
años fue la frontera sur del Imperio Inca. Después de la Conquista, durante la Colonia fue un
asentamiento español.
- ¿Y quién construyó
esto, quién labró la roca? -Le pregunto a Cecilio.
- Todos opinan que como
los pueblos amazónicos [Mojocoyas y Chanés] llegaron primero, ellos lo
hicieron; luego, los guaraníes y los incas la usaron como centro ceremonial.
- ¿Pero existen evidencias
arqueológicas de que estos pueblos lo hicieron?
- Hay evidencias
arqueológicas de un poblamiento anterior a los incas, tanto en las
inmediaciones de la roca como al sur del valle donde aparecieron los huecos
donde estuvieron clavado los postes de las casas. Asociado con este material
apareció cerámica que por su factura y decoración pertenece a pueblos
amazónicos.
- O sea, que se asume
así por las buenas que la roca y la evidencia de cerámica y restos de chozas
están relacionadas.
- Si. Y que la roca era
un centro religiosos a cuyo alrededor se asentó una población.
- Y a esto se debe que
se le considere pre-inca, si no se lo habrían atribuido a los incas como han
hecho con tantas otras cosas. En realidad, los incas se apoderaron de esto por
la fuerza, como muestran las crónicas, adaptándolo a su propio esquema religioso,
con lo que la finalidad que hubiera podido tener, se perdió. -Le comento.
- Y como se aprecia en
esos nichos-hornacinas que tenemos ahí en frente y muchos más que veremos más
adelante, en los flancos sur y norte de la roca. -Me dice.
- Los arqueólogos creen
que fue un asentamiento político-religioso que se mantuvo durante mucho tiempo
y por diversas culturas, pues los restos de cerámicas más antiguos son del 300 a.d.C. -Me dice Cecilio.
- Pero antes me has
dicho que los Mojocoyas y Chanés ocuparon este lugar hacia entre el 800 d.d.C. -Le comento.
- Si, pero esta cerámica
Mojocoya está fechada en el 300 a.d.C.,
por ello se piensa que fueron ellos los que comenzaron a modelar la roca. -Me responde.
No sabría definirlo
pero, a pesar de las dataciones, que no pongo en duda, algo en mi, una especie
de intuición, me dice que la roca y tallado con su funcionalidad original no es
la obra de ninguno de estos pueblos. Me callo, y no le comento a Cecilio mi impresión.
Me digo a mi mismo que cuando vuelva a Tenerife buscaré más información.
- ¿Y esas hornacinas o
nichos quién las construyó?. Le pregunto.
- Fueron los Incas. -Me
dice.
- ¿Seguro? ¿Cómo lo
saben?
- Por su diseño y
orientación hacia el sur.
- Puede ser verdad,
ahora que caigo. Se encuentran enfrentadas al recorrido del Sol, no solo a lo
largo del día, sino a lo largo del año. Debían ser marcadores de determinadas
fechas según la altura que iba tomando el Sol a lo largo del año. Además hay
hornacinas parecidas en Perú.
Antes de que terminemos
el recorrido por la plataforma, le digo a Cecilio que si no le importa hacernos
una fotografía a Edwin y a mí, teniendo la roca al fondo. Así que aquí queda
para la posteridad y como constancia de que estuve aquí.
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Andador mirando al Este. |
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Andador mirando al Oeste. |
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Andador visto desde abajo. |
En las fotografías
anteriores, el camino recorrido y el que nos quedaba por recorrer del andador
elevado que discurre frente a la cara sur de la roca. Cuando descendimos hice
otra fotografía desde abajo del andador.
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Ruinas de casas. |
Entre el mirador largo
y la roca tallada se ven una ruinas que han sido excavadas y reordenadas. Le
pregunto a Cecilio que si son ruinas incas.
- Si, son incas -me
dice-, la mayor parte de la cara sur de la roca tallada estuvo formada por una
serie de unos cinco templos y, hacia el exterior se situó el área residencial y
administrativa. También se conservan los restos de una casa española.
En efecto, un cartel
delante de los cimientos de lo que en su día fue una casa, lo indica.
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Casa española. |
- Se trata de una
edificación que, según los que la han excavado, se corresponde con el estilo de
casa que los españoles construían en estas tierras.
- ¿Y cuál es el
estilo? -Le pregunto.
- Porque tenía la
forma de media hache y un patio
central. Durante la excavación se encontraron en su interior utensilios
españoles. Piensan que para construirla tuvieron que derribar alguna
construcción inca.
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Más horancinas y huecos tallados en la roca. |
Desde esta
posición se pueden contemplar todo el tallado de la cara sur de la roca. Sobre
su finalidad, todo son especulaciones, aunque dado que como para los incas (al
parecer ellos tallaron gran parte de esta cara sur) el Sol era lo importante, y
este hacía su recorrido anual y diario alumbrando esta cara, pues es probable
que tuviera una finalidad solar. En la última foto, arriba, se puede apreciar el muro construido por los incas.
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Vista panorámica. |
Caminamos
siguiendo un sendero (ver mapa anterior) hacia donde hay otras construcciones
que según Cecilio forman un conjunto habitacional (6), fotografía
superior abajo a la izquierda.
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Akllawasi. |
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Conducción subterránea de agua. |
Más adelante
llegamos al Paradero 3 (7) donde se encuentra una construcción llamada Akllawasi
(Fotos de arriba).
- ¿Qué significa
Akllawasi? -Le pregunto a Cecilio.
- Significa “Casa
de las acogidas”. Doce estructuras habitacionales para monjas.
- ¿Monjas?
- Si, mujeres que
cumplían diversas funciones dentro de estructura social inca: esposas de jefes,
intercambios para sellar las alianzas con otros pueblos, sacrificios, trabajos
artesanales… Ahora aparece ya restaurado.
Cecilio nos muestra
también una conducción de agua cubierta por losas de piedra; levanta una de
ellas para mostrárnosla introduciendo la mano en el hueco.
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Cecilio ante un cartel que dice "Terraza agrícola". |
- ¡Muy originales
ellos! -Comento no muy alto.- Eso ya se les ocurrió a los mexicanos que
llamaron así a la plaza de Tlatelolco.
- A su lado hay
otro edificio más pequeño donde se cree que se guardaban los utensilios de los
guardias.
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Camino que conduce a la Chinkana |
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Chinkana. |
Desde la Kallanka, un sendero nos
lleva hasta un gran orificio en el suelo que Cecilio dice que es una “Chinkana”
(9). La Chinkana
es un túnel o galería subterráneo que al parecer existen en los lugares más
importantes del territorio ocupado por el Imperio Inca. Aunque se le atribuye a
ellos su construcción, nadie sabe quien los construyó. Permanecen serrados y se
encuentra rodeados de fábulas y leyendas, entre ellas que estos túneles o
galerías formaban una extensa red subterránea que comunicaban los lugares
importantes del antiguo imperio inca. Se considera que son las entradas al Uku
Pacha o Mundo de Abajo donde según las leyendas moran los seres sabios y los
antepasados.
- ¿Y se sabe a
donde conduce? -Le pregunto a Cecilio.
- En 1945, el
arqueólogo Leo Pucher [fue director del Museo de San Francisco Xavier de
Chuquisaca] habla de ella. Pero fue en 1911 que el Barón Von Nordnskiold, que visito El Fuerte la hizo limpiar llegando
hasta 15 m.
de profundidad donde creyó que había llegado al fondo, aunque las gentes de por
aquí dicen que tiene más de 30
m. El Barón dijo que había sido construida en forma de
espiral, semejante a la concha de un caracol. Algunos piensan que reproduce la
forma de una serpiente simbólica que surge del interior de la Pachamama.
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Ingreso a la chinkana de Rumiwasi. |
Una leyenda de este lugar cuenta
que el agujero es la boca de un sapo que vomita fuego por ella; otra que es
la boca de una Gran Serpiente (Yoporojobobo) que custodia en su interior los
secretos de los incas; los más serios cuentan que es la entrada a un largo
túnel con múltiples ramificaciones subterráneas que se conectan con Tiahuanaco,
la Isla del Sol
en el Titicaca y el templo del Coricancha en Cuzco.
Una vez vista la Chincana, volvimos para
atrás, regresando al sendero principal y recorremos los puntos marcados en el
mapa del circuito como (10) llamada “Área comercial” (en realidad un
puesto cutre de artesanías poco llamativas) y (11) un “Sendero ecológico”
que nos llevó hasta (12) más ruinas que el plano llama “Sector habitacional”.
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Casa de vigilancia. |
Ascendemos por una
especie de escalones de troncos, para evitar los resbalones y llegamos a otra
pequeña ruina llamada “Casa de vigilancia” (13).
Desde la “Casa de
Vigilancia” se puede ver bien la punta Este, redondeada, de la Gran Roca tallada. En la
vertiente noreste está coronada por un muro que levantaron los incas como puede
apreciarse en las fotografía de arriba.
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Templo de las cinco hornacinas. |
Desde la “Casa de
vigilancia”, nos dirigimos hacia el lado noreste de la roca tomando un pequeño
desvío hasta llegar a un andador de madera que nos llevará hasta el punto (14) llamado “Templo de las cinco
hornacinas”. Cecilio comenta que es de construcción inca y que de él solo
quedan las cinco hornacinas, pero que era un templo cubierto. Le pregunto que
cual era la finalidad de las hornacinas y me explica que servían para poner las
huacas (momias) de los antepasados o las representaciones de los dioses. Las
hornacinas, semejantes a las de la otra cara, aparecen excavadas en la roca.
Dese el otro extremo de
la plataforma tomo las últimas fotografías de la roca conocida como El Fuerte,
y veo el camino que aún nos queda por recorrer hasta llegar al “Centro de
Admisión” por donde entramos. Para ello, hay que desandar toda la plataforma y
retomar el sendero que nos lleva a la salida del recinto y desde allí hasta el
coche que nos espera en el Centro de Admisión.
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Reconstrucción idealizada de la roca. |
En folleto que tengo en
la mano y que me entregaron en el Museo de Samaipata, recoge una visión
“oficialista” un tanto confusa. Hace hincapié en que su función es la de ser un
centro ceremonial y administrativo habiéndose erigido como “…el prototipo de arquitectura y arte rupestre
de mayor impacto en el continente Americano…”; luego habla de sus
características físicas y de los símbolos y formas que se encuentran tallados
en la roca que “…debió requerir la
presencia de muchos especialistas, no solo por el tallado, sino por los
conocimientos de ingeniería y arquitectura magistralmente plasmados.”
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Albert Meyers. |
Recuerdo haber leído
hace tiempo trabajos de un antropólogo y arqueólogo alemán, de la universidad
de Bon, llamado Albert Meyers, aunque esos trabajos se referían a la
arqueología y cultura Inca. Me hago el propósito de que esta noche, cuando regrese
al hotel, buscar en Internet haber si este arqueólogo dice algo sobre El Fuerte de Samaipata.
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Primeras páginas del Boletin del SIARB y del XII Congreso Nacional... |
Lo que recogen estos
artículos e informes son el resultado de la limpieza que se hizo de la roca
sobre la vegetación y plantas que la cubrían y de las excavaciones que se
hicieron en las plataformas y áreas aledañas. Se demarcó el área a excavar en
sectores y se procedió a la excavación. El sector II, por ejemplo, situado al
sur de la roca y del sistema de terrazas, puso de manifiesto que existían cinco
fases de edificación. En fin, y para no aburrirles, algunas de las conclusiones
a las que llegó Albert Meyers son: “…en
la parte sur de la roca tallada de Samaipata existen evidencias de
asentamientos por parte de varias culturas.”; “Queda por aclarar la sugerencia contenida en la denominación popular
del sitio como El Fuerte de Samaipata, o sea el aspecto militar.”; “Sin embargo hay que pensar también en los
aspectos defensivos del sitio mismo como por ejemplo el muro de cercado que
hemos observado alrededor de toda el área de asentamiento.”
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Muro inca contruido en la parte superior de la roca. Esquemas de los artículos. |
Sobre este aspecto de
fortaleza, vuelve a señalar en su ponencia en el XII Congreso de Arqueología
Argentina que los investigadores anteriores destacaron su carácter ceremonial,
“ha persistido en la literatura la interpretación
como una de las grandes fortalezas que protegieron los flancos orientales del
imperio contra los ataques de los `chunchos salvajes ´ de los llanos.” Esta
interpretación podría estar apoyada “…por
el descubrimiento de una fortaleza más al oriente, en el año 1995”. Desde la visión “centro ceremonial”,
señala que se trata de dos sistemas religiosos superpuestos: “…dos complejos formados por muros de piedra
canteadas erigidas encima de la roca madre. En la parte Oeste existe un muro
transversal en dirección de Norte a Sur. Se ha conservado hasta una altura de 80 cm. y su planta se
aproxima a un meandro, pero con ángulos rectos. Presenta 3 nichos a simple
jamba mirando al este, es decir, hacia los dos canales alargados. (…) El otro
complejo se encuentra en el término oriental de la roca tallada y se compone de
dos muros en forma de L, con el ángulo interno mirando hacia el Sureste...”.
Ambos muros tiene la misma planta. En los dos casos no son partes de edificios
sino “una especie de galerías de nichos
superpuestos a las estructuras talladas en la roca.” Y lo que le llama la
atención es “la desadaptación al sistema
anterior” (se refiere a las construcciones aledañas a los nichos del Norte
y del Sur).
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Este esquema del centro de la roca no pertenece a las
publicaciones de Meyers.
|
Esta superposición de
lo más reciente sobre lo anterior (el centro de la roca en si, incluidos los
muros) “evidencia un acto de demostración
de poder del uno sobre el otro”. Se refiere al poder del imperio Inca sobre
lo anterior.
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Otro esquema del lugar. Tampoco pertenece a los artículos de Meyers. |
Al final de su
ponencia, y a la vista de todo lo investigado y todo el material (cerámica
sobre todo) extraído, plantea una serie de hipótesis sobre la roca tallada de Samaipata.
La llamada Hipótesis I se centra en
la idea más generalizada: “Todas las
manifestaciones aquí descritas son de origen incaico”, aunque se reconocen
las diferencias de estilo, las superposiciones que habrían sido originadas por
las diferentes fases de ocupación por parte de los incas. Podrían diferenciarse
dos fases: la Inka I en que la se
labraron en la roca los canales, animales y coro de los sacerdotes; y la
Inka II en la que se
modeló la roca por los costados para adosar a ella los nichos y los templos. “El problema reside en las rocas esculpidas y
su asociación con la arquitectura, donde por lo general es difícil establecer
secuencias de construcciones… Pero, como dijimos, la costumbre de ver todo como
un conjunto, ha conducido a no prestar atención a posibles superposiciones.”
Hipótesis II: atribuye la roca esculpida a dos culturas, “…la arcaica y una preincaica
cuyo origen puede ser local, de los Ándes o incluso de las tierras bajas”.
La Hipótesis III, “favorecida
en nuestro actual estado de análisis”, pondría en evidencia la existencia
de “…al menos tres fases de origen y uso
del complejo sagrado de Samaipata”.
Puesto que la devoción a la roca y el trabajo sobre piedras es un fenómeno
ancestral en Sudamérica (Chavin en Perú, San Agustín en Colombia, etc.) “…se podría asumir que la roca de Samaipata
pudo haber jugado un rol a manera de `loma
santa´ (Riester
1985) desde tiempos muy remotos.”
Así tendríamos la Fase Pre-Inka; la Fases Samaipata-Inka I y Samaipata-Inka II;
y cabría añadir una cuarta fase, la Fase
Colonial.
Por último, aclara algo
que a mí me parece importante: “…las
manifestaciones culturales de los inkas no son tan uniformes como muchas veces
se ha supuesto.” Ello ha conducido a dos síndromes: a) “embotellamiento del estilo arcaico en la
región de Cuzco” (todas las manifestaciones culturales han ido a parar a la
misma botella inca), y b) “el surgimiento
súbito de este estilo sin fase de transición”, pues, “la superposición de los complejos estilísticos bastantes diferentes nos
sugiere un desarrollo más largo y secuencial en el centro [de los Andes] donde ambos han sido considerados hasta
ahora como unidad en el sentido estilístico y temporal”. Esta observación
la basa en el hecho de no haber prestado demasiada atención a las
diferenciaciones secuenciales de los tallados de roca y las estructuras de
mamposterías en relación con ellos. “Hasta
ahora siempre se ha asumido la contemporaneidad de estos elementos, sin tomar
en cuenta una posible modificación secuencial y superposición como lo hemos
observado en Samaipata. Incluso para el mismo Kenco o Machu Picchu, se pueden
imaginar varias fases de tallado y modificaciones.” También, “…constatamos que en Samaipata se presenta
como cambio abrupto”.
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Llamaron mi atención estos cactus colgantesa de una macera en el Cntro de Recepción. |
Por fin, después de
unas tres horas de recorrido, llegamos al Centro de Acogida. La persona
encargada tenía también una especie de bar por lo que, para calmar la sed
invité a Edwin y a Cecilio a unas cervezas. Mientras las tomábamos le pregunte
a Cecilio si recientemente habían habido nuevas interpretaciones sobre la roca
y su significado. Me dijo que hacía un mes o así, un grupo de arqueólogos y
especialistas de Bolivia y Perú se habían reunido en el “Centro de Convenciones Cabañas Campeche” del municipio de Samaipata, organizado por el
Gobierno en coordinación con el Municipio de Samaipata y la Sociedad de Estudios
Geográficos de Santa Cruz.
- ¿Y sabe algo de las
conclusiones a las que se llegaron? -Le pregunto.
No me respondió, pero
hizo un gesto como diciendo: ¡Más de lo mismo!
Cuando consulté el
asunto en Internet a mi vuelta al hotel, encontré opiniones para todos los
gustos. El subgobernador Adolfo
Caballero señaló que el objetivo de la convocatoria era respaldar la
investigación que señalan que en las tierras bajas se asentaron las primeras
culturas del país, específicamente los chané-guaraníes. “Se continúa investigando y fortaleciendo esta postura de que en el Fuerte
de Samaipata se asentaron las primeras culturas. Algunos dicen que estas
vinieron a descansar del occidente a Samaipata [Samaipata significa “lugar
de descanso”], pero esto no es cierto
porque no tiene sentido que de más de 3.600 metro de altura
[se refiere a los Andes Centrales], vengan a descansar al Oriente. Entonces los
que construyeron este fuerte, eran culturas que vivían en Samaipata”. El
Presidente del Comité Cívico de la región, Raúl Costa señaló: “Vamos a conocer verdaderamente de donde y como
venimos, la historia del monumento arqueológico de Samaipara, que es uno de los
principales atractivos turísticos de santa Cruz”. A esto se llama “reduccionismo”.
Por su parte, los
expertos que intervinieron en el evento señalaron: “Los datos contradicen la
Historia, esperamos que sea un aporte al esclarecimiento del
origen de cada cultura. Como decimos, al Cesar lo que es del Cesar”
(Bismarrk Cuéllar. Secretario de la
Sociedad de estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz).
“Samaipata viene a ser un gruenwaich, uno
precolombino. Y cada una de esas líneas está apuntando en direcciones de
lugares sagrados” (David Antelo. Físico e Investigador). “Me parece muy interesante que se difunda la
historia de que los chané construyeron la piedra tallada, no los incas. Es un
aporte para el debate” (Waldemar Espinoza. Universidad de Lima. Perú). “En el tema histórico el hombre apenas ha
desempolvado la tapa de ese gran libro, la incógnita de la historia de la
humanidad” (Mario Suárez Riglos. Historiador de Santa Cruz).
Me abtengo de hacer ningún comentario sobre lo que los políticos y expertos dicen. Menos mal que la UNESCO
lo protege, aunque no estoy muy seguro.
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Un extraño aborigen. ¿Talló él "El Fuerte"? |
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OVNI de Samaipata. |
Aunque podría, como
piensan algunos, ser obra de extraterrestres y el de la fotografía de arriba
sería un descendiente de los que vinieron en la nave representada en la roca
llamada “El OVNI de Samaipata”.
(Continua)
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