domingo, 31 de agosto de 2014

El Dharma


Ruedas del Carro Solar. Templo de Surya. La rueda del Dharma
<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 19/07/1992>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA
<TÍTULO>: El Dharma.
<SUBTÍTULO>: O la ley del estado de cada ser.
<FIRMA>: Alfiar
<ILUSTRACIÓN 1>: Una de las ruedas del Carro Solar. Templo de Surya. La rueda del Dharma.
<SUMARIO>: La palabra Hombre designa al hombre terminado, al fruto del Arbol de la Vida, cuyo Ser fluye en armonía con cada acontecer.
<CUERPO DEL TEXTO>:

En la tradición budista, la palabra de los Budas es un sonido, una nota que emiten en la lengua particular de cada ser, según su inteligencia, su facultad y su aspiración; así como las posibilidades y limitaciones que les sean propias a su estado de ser. Este sonido, esta palabra es el Dharma.
Aunque no soy oriental ni budista, porque nací junto a una peña roja allá por las tierras de Al´Andalus, he intentado acercarme a esa dos realidades lo más libre de prejuicios que mi estado de ser me lo permite. El intento de comprender esos otros fragmentos de mi mismo, lo hago sin renunciar al lugar en que mi propio dharma me ha situado, y lo ofrezco a los que quieran meditarlo.
A lo largo del proceso cultural, la conciencia del YO -la YOD de donde surgen todas las realidades manifestadas de la tradición hebrea-, se ha ido desplazando de su propia realidad de SER a otra realidad basada en el TENER. De ahí que vayamos por ahí diciendo yo tengo...: un amigo, un esposo, un amante, un oficio, experiencias, relaciones mundanas, dolores, ideas, influencias...; o, yo no-tengo. Tener implica todo lo que no es Ser. Del tener extrae el hombre de hoy su existencia en un mayor o menor porcentaje. Y no importa donde nos situemos, desde la Antigüedad hasta el presente, la generalidad de la humanidad quiere tener emociones, sensaciones, experiencias y realidades agradables, y no-quiere tener las desagradables.
El problema es que la dualidad es una ley del Universo que nos informa que ambas cosas nos pertenecen y, si queremos tener las agradables, no podemos permanecer insensibles a las desagradables.
El problema reside en que, cuando el Yo se sitúa como sujeto del Tener, la conciencia no percibe que tener-no tener es una falsa relación. En la diversidad del Universo manifestado, la relación la tengo con mis o con sus objetos y realidades, o, no la tengo. De ahí que cuando el Yo conjuga otro verbo, por ejemplo la acción de Conocer, a pesar de que asegure que yo conozco a esta persona como si la hubiera parido, ese conocer no se refiere  a su esencia, sino al uso y provecho que de su realidad tengo o no-tengo.
La acción básica del Universo es Ser. Yhawe le dice a Moisés: Yo Soy el Yo Soy; y no hay otra cosa porque nada está fuera de esa relación. Pero si el YO desplaza su acción del Ser al Tener, cambia la relación con la diversidad de la Obra Manifestada. Lo que se ensalza como ideal en las sociedades tradicionales, es que alguna vez, o algo de ellas todavía, estuvieron basadas en esa relación.
En el Universo, la vida y los elementos que la constituyen están en relación y no en posesión u oposición; y aunque esos elementos sean partes constitutivas de otras partes más amplias, lo que existe entre ellas es relación, no posesión de unas partes por otras.
De esta manera, Ser algo, ser un átomo, ser padre, ser profesor, ser albañil no es un saber: Es Dharma. Es decir, Ser la propia Ley, aquello que se ha de ser en cada instante en conformidad con lo que se es y no con lo que se tiene. De ahí que la palabra de los Budas sea ese sonido que es peculiar a la particularidad y estado de cada ser. Por ello es la Ley.
A este respecto, y como testimonio de que nuestra tradición también posee el Conocimiento, el Libro Esenio de la Creación, en vez de comenzar como el Génesis diciendo que "En el Principio Dios creó el Cielo y la Tierra", dice: "Sin principio, la Ley crea el Pensamiento y la Vida." Según esto, recorrer el Dharma es estar en conformidad con lo que se es en la profundidad y en la apariencia. Es ésta una concepción dinámica acorde con la realidad del Universo.
El hombre de este planeta, al perder la relación de su posición en la dinámica del Universo, dinámica que cambia de instante en instante, al detener su Yo en el Tener o no-Tener los elementos de ese Universo, no percibe que proyecta su conciencia en una dualidad. Cuando preguntamos a un pastelero que hace, este responde: ¡Una tarta!, cuando lo que hace en ese momento es mezclar harina con agua y azúcar. Su Yo no está situado en la acción que es, sino en una proyección a un punto de llegada en el que tendrá una tarta.
De igual manera, la jardinería existe, no por la semilla, sino por la planta que surgirá de ella; o la escuela existe, no porque el niño se esté desarrollando momento a momento en su fluir, sino porque tiene que saber leer y calcular. Certeza de partida y punto de llegada se confunden. Deseo y consecución se confunden en la conciencia del Yo enfocado en el Tener. Incluso la concepción que el hombre tiene de si-mismo es afectada por esta dualidad, de ahí que se llame a si mismo Hombre.
La palabra manzana no designa a la semilla, ni al brote, ni al árbol que produce manzanas, sino al fruto. La palabra Hombre designa al hombre terminado, al Hombre que es el fruto del Árbol de la Vida y cuyo Ser existe en cada instante en una relación armónica con lo que acontece en su fluir; pero no designa al ser humano que, imperfecto aún, recorre el Dharma para aprender a Ser uno con la Ley en su manifestación.

La rueda del Dharma en un tenplo del Tibet

Los gurús de turno nos hablan de renuncia: al Yo, a las posesiones, a los apegos materiales... Pero desde la perspectiva del Dharma para poder renunciar es preciso tener el ser de un renunciante. Para recorrer el camino del Dharma hay que tener un ser que se corresponda a esa acción; para trabajar de carpintero hay que tener el ser de un carpintero. Se necesita el ser de un médico para poder curar. Por ello, en el camino del Conocimiento de Sí, en el Camino del Dharma, no se puede hacer más que lo que se es. Estamos situados en un escalón particular de la Escala del Ser del Universo, y es nuestro propio estado el que nos ha situado ahí para que, aprendiendo a relacionarnos armónicamente con aquello que nos rodea en ese nivel, podamos cambiar nuestro estado de ser.
No es cambiando la relación como se cambia el Ser; modifico el estado de mi ser aceptando el contexto en que mi dharma me ha situado. Igualmente, no es reprimiendo, negando o matando las realidades que constituyen nuestro estado de ser, como realizaremos nuestro dharma; sino comprendiéndolas: comprendiendo su naturaleza y aprendiendo a establecer armoniosas relaciones con ellas.
Comprender es cambiar. Y todo cambio es una renuncia. De ahí también que todo crecimiento exija de la vigilancia y la conciencia de nuestra situación en cada momento; y por ello Jesús invitó a sus discípulos a permanecer vigilantes. ¡Velad! significa estar despierto, es decir, acordarse. Acordarse de que la Verdad del Ser en manifestación, es la visión de la diferencia existente en todos sus estados.
Ràmana Mahârshi decía:
"Mientras un hombre sienta necesidad de obtener, que obtenga. Mientras que un hombre sienta necesidad de dar, que de. Mientras sienta la necesidad de hacer, que haga."
Aceptar esta necesidad con la comprensión del por qué puede hacerse, darse u obtener, o dejar de hacerlo, es dharma. Es nuestra relación con el Tener. Pero tomar cada hecho tal cual es, encuentra su culminación en no tener nada más. Eso es liberación. Por ello, en el camino del Dharma, desde una hormiga a un loco, pueden ser un maestro para el que sabe recibir. Todo concurre al bien del que camina; y nadie, ni los que leen o no leen libros, ni los que tienen o no tienen experiencias, poseen la Verdad. Todo es Verdad. Verdad que se abre al que sabe recibir. Nadie accede a la Verdad haciendo algo, sino abriéndose al fluir.
-¿Qué haces?
- Mezclo harina y agua.
- ¿Qué eres?
- ¡Yo Soy el Yo!



domingo, 24 de agosto de 2014

La Fuente Iluminada 04






La Fuente Iluminada
(Continuación)

Segunda Parte
La Luz fragmentada

 Sobre el Trabajo Interior
Respetad las ideas ajenas para que nadie sea herido. Que vuestra palabra vaya penetrando lentamente, con suavidad, en las mentes de aquellos que necesitan despertar. Aprender del ignorante a no caer en los mismos puntos que él. Mirar como la sabiduría se esconde en el gesto más pequeño, y saber que aquello que dierais es lo que vais a recibir cuando la Obra sea concluida.
Ser la fuente de donde nace la expresión que ha de manifestarse. La fuente fluye y ES en su propia naturaleza, sin preguntar el por qué de sus aguas. Ser agua viva, ser fuente iluminada que corra como un manantial inagotable hacia arriba y hacia abajo, que vuestra energía corra a través de los mundos y de los planos, para que la idea divina sea comprendida, aprendida y manifestada, como está decretado desde el principio.
Luchar y vencer, mirar dentro de vosotros, ahí está la clave de todo, pues el mundo entero está encerrado en vuestro pecho. No rehuyáis del dolor, ya que el conocimiento trae unido a él el dolor, pues no se puede aprender sin experimentarlo, ya que toda experiencia real trae implícita en ella su parte de dolor. Apurar hasta el fin vuestra copa, vivir todas las sensaciones, aprender de todas las vivencias.
Sacar las comparaciones, las analogías, las síntesis de cada evento, y adjuntarlo todo a vuestro saber. Ello llenará de luz vuestras conciencias pues, al comprender, la libertad de vuestro pensamiento y de vuestra voluntad os llevará a los espacios abiertos donde los límites se rompen y sólo existe la grandeza del auténtico ser como unidad completa.
 
Loa pétalos de la flor

 
 La flor de la Vida se abre ante vosotros y cada uno de sus pétalos trae grabado un nombre y un símbolo. Las hojas se abren y caen sucediéndose en su momento, y el aroma que desprenden inunda cada instante de vuestras vidas. Las cosas que ocurren son impregnadas por este aroma, que envuelve todo el acontecer.
El sentido de ello mismo no lo llegáis a percibir, pero en realidad tiene su propósito y es necesario que sea así. Puede decirse que es ya tal la trascendencia de los hechos, que si vuestro sentido de comprensión de los mismos fuera claro, las analogías que se desprenderían se mostrarían ellas solas ante vuestros ojos, haciéndoos ver esa realidad mágica que os rodea.
Aprender de lo que se os está dando, porque la magia de lo sublime está siendo depositada en vuestras manos, y de vuestro buen hacer depende que crezca o que se disuelva en el éter de donde surgió.
Alcanzar toda la trascendencia de lo que ocurre en la vida,los moldes se están rompiendo de forma acelerada y la bienaventuranza irrumpe con fuerza de torrente para llenar cada rincón de vuestro ser. Subir por encima de todas las pequeñeces, de las tristezas, de las cosa inútiles que guardáis como si fueran importantes y aprender a soltaros de esas amarras que impiden que la fuerza de la luz os desprenda de ese lastre que os ata a lo inútil.
Hacer de vuestra vida la flor más bella que jamás haya existido. Abrir vuestros pétalos y resplandecer dentro de vuestro propio ser. Alcanzar la presencia de lo eterno trascendido y expresarlo dentro de los límites de lo mortal. Ser como la luz que rompe las tinieblas, disolviendo en vosotros todo  aquello que os rodea que no es justo ni equilibrado.
Dar armonía a todo lo que vuestra mano toque. Vibrar, alegrar, encender con vuestra sonrisa a todos los que se os acerquen y entender que, por vuestro medio, es la mano de lo alto la que toca la realidad y la que da a cada uno lo que necesita en ese momento justo.
Las hojas van cayendo una detrás de otra y cubren la tierra de un lecho de cosas vivas ya pasadas que hay que olvidar, porque ya cumplieron su misión. Brotes nuevos nacen y son atendidos para que de ellos surja la nueva semilla que tiene que desarrollarse, para que el fruto nacido alcance su máxima expresión y sirva para aquello que fue creado.
Alimentar en vosotros la nueva creación, abrir todos vuestros canales, la mente, el alma, el cuerpo, todos los sentidos, pues por ellos os llegarán las vibraciones que necesitáis para que se desarrolle dentro de vosotros aquellas potencias que han estado dormidas hasta ahora.

 Los días marcados
 Esperáis que la vida discurra en un placentero devenir y no os dais cuenta de que ya no puede haber lentitud en ese discurrir, pues el tiempo está siendo usado para la rápida sucesión de lo que va a acontecer, y en ello mismo estáis incluidos vosotros y vuestras vidas.
Ya arriba están marcados los días que esperan al mundo. Llanto y dolor se avecinan, pues el hombre ha perdido el sentido de su ser y como lobo despiadado desgarra los cuerpos y las almas de aquellos que le rodean.
El mal y el dolor tienen morada dentro de muchos corazones, y las razones de ese sufrimiento están dentro de cada ser que no obedece a los impulsos de su propia naturaleza. Todo tiene que ser destruido para que resurja de nuevo en un nacimiento de luz, acorde con lo que tiene que vivir este planeta.

 Todo el inmenso tapiz


 ¡Qué grandes cosas vienen a vosotros¡ Si vuestras mentes pudieran mirar en el reflejo del éter y contemplar todo el inmenso tapiz de acontecimientos que se aproximan, os quedaríais maravillados de la complejidad y perfección de la obra divina.
Ahora, vuestras mentes, encerradas en esos cuerpos densos, no pueden alcanzar el brillo intenso de las energías que se agitan y rotan cuando el instante mágico surge y todo va tomando forma Después, ya podréis contemplar este maravilloso universo divino y vuestros espíritus, una vez recuperadas sus naturalezas superiores, podrán integrarse como lo hacemos nosotros en este baile de la luz eterna en el que nos sumergimos.


 Sobre el plano astral
 El astral es el campo en el que la energía construye por sus propios medios y SI, se puede nacer en ese plano. Los polos de donde la energía se desprende, aunque no sean conscientes, si están preparados para ello, la fuerza que emanan es usada para construir aquello que se necesita, alcanzando mayores logros.
No se debe de saber más. Lo demás corresponde a aquellos que vigilan y cuidan de que el orden y la idea vayan adquiriendo forma consecuente, sea en el plano que sea.
El Cuarenta
Las medidas en la observancia de la Regla se ajustan según sean los patrones que actúan en cada circunstancia, y debéis comprender que todo obedece a las leyes que se encargan de regir los motivos de la evolución en el plano físico.
Son cuarenta las veces que el hombre tiene que aprender a desenvolverse en su medio. Son cuarenta las iniciaciones que debe pasar para ir superando su propia evolución en el campo de experimentación personal. Son cuarenta las veces que obran, que rigen, que se dicen, que bajan y suben según se necesita y, sin embargo, no se acaba de entender el por qué de todo ello.
La sabiduría se encuentra encerrada en esta cifra. Los ciclos se repiten y cambian el mundo, pero el conocimiento es el mismo sea el mundo que sea, porque la Obra es total y de la misma naturaleza, esté en el espacio o en la idea realizada. Las órdenes son invariables, pero la medida justa se da según sean las circunstancias de cada ser, en el momento en que se encuentre de su camino personal.
Arriba ven y oyen y aplican la Regla en forma perfecta, aunque aquí abajo no podáis entenderlo, porque vuestra mente no está aún preparada para comprender la Totalidad.


 Ahora es tiempo de silencio




 Alcanzar a comprender los movimientos de vuestra conciencia, según se van afinando a la percepción de lo que ocurre a vuestro alrededor. Los mecanismos son cada vez más delicados y precisos, y es cuestión de sabiduría experimentar en la más pequeña diferencia que se pueda encontrar dentro de un mismo hecho.

Ahora es tiempo de silencio, de espera, de reflexión, de introspección de mente, puesto que os debéis de alcanzar a vosotros mismos en un esfuerzo máximo. Mirar vuestro presente con la serenidad que da la certeza de que vuestro pie está firmemente apoyado en el camino correcto, y que vuestros pasos son oídos por aquellos que escuchan vuestra voz, aún sin ser pronunciada.
 (Continua)



domingo, 17 de agosto de 2014

El Trabajo Esotérico



"Dragón". W. Blake. (el dragón es el símbolo de la personalidad).

<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 12/07/1992>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA
<TÍTULO>: El trabajo esotérico.
<SUBTITULO>: Los dos lados del hombre.
<AUTOR>:Alfiar
<ILUSTRACION 1>: El Ser luminoso que somos, se proyecta en su reflejo: la personalidad.
<SUMARIO>: El sentido de la vida es el de aportar energía al Ser Espiritual que somos, para que éste pueda seguir ascendiendo por la Escala del Ser.
<CUERPO DEL TEXTO>:
 En el artículo "La Escala de Jacob", hablamos de los niveles del Ser. Vimos como Jacob, el hombre, descubrió que el mundo espiritual está en él mismo. Pero descubrió también que el hombre tiene dos lados: un lado externo y un lado interno.
(...)

domingo, 10 de agosto de 2014

19 Viaje a Bolivia y Perú (Agosto 2013)

Viaje a Bolivia y Perú
-Del 17 de Agosto al 1 de Septiembre-


(Una visión personal)
(Continuación)

Mi visita a Tiwanaku (1)



El día ha amanecido gris, El cielo esta cubierto y ha nevado en las montañas. Por la ventana puedo apreciar las cumbres nevadas que rodean a la ciudad. Después de ducharme me visto, abrigándome bien, ya que soy muy friolero, y bajo a desayunar. Luego, en el pequeño lobby me dispongo a esperar a los guías que, a las ocho en punto pasan a recogerme. Sin más preámbulos y después de los buenos días y los saludos formales, nos montamos en el todo terreno y tomando dirección noreste nos disponemos a salir de la ciudad.
(...)

domingo, 3 de agosto de 2014

La Fuente Iluminada 03

La Fuente Iluminada 
(Continuación)



Sobre el Amor


Sólo el amor salva el abismo que separa la idea de la forma. Sólo el amor lleva al entendimiento de los planos y los une y los fusiona, para que alcancen su mayor totalidad de expresión. El amor os hace vibrar y crecer, seguir en él. Subirlo de nota, amar hasta lo más profundo de vuestros corazones y de vuestras conciencias, romper las cadenas de vuestras limitaciones y volar al encuentro de la luz, para que el agua divina os inunde y todo resplandezca en vosotros en plenitud de armonía.
(...)