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Decíamos
en el artículo anterior que, tanto ayer como hoy, la ontogénesis recapitula la filogénesis.
Hay que añadir que una característica de todo ser humano es su debilidad. En el pasado prehistórico,
el homínido fue acosado por depredadores mejor adaptados, en principio, para
sobrevivir, que él. Lo mismo ocurre con el bebé lactante. Mientras la cría de
una cebra se pone en pie a las pocas horas de haber nacido para demandar su
alimento, en nuestra cultura, un ser humano ha de llegar a los 16 o 18 años
(hay sociólogos que lo amplían hasta los 30) para considerarse un adulto. Ante
esta debilidad, la principal tarea
de cualquier ser humano es subsistir. Los dos primeros Memes o los dos primeros niveles
de existencia se encuentra destinados a esta tarea.
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