Viaje a Bolivia y
Perú
-Del 17 de Agosto
al 1 de Septiembre-
(Una
visión personal)
(Continuación)
Vuelta a
Samaipata, almuerzo, visita a las cascadas de Cuevas y regreso a Santa Cruz de la Sierra.
Antes de comentar la
vuelta a Samaipata, me gustaría aclarar una cosa: todo lo que he pensado a lo
largo de mi visita a El Fuerte, y expuesto con anterioridad, no debe ser
considerado como algo que estoy diciendo objetivamente,
en el sentido de objetividad científica,
ya que todo lo expresado forma parte de mi realidad subjetiva, que para mí, dicho sea de paso, si tiene valor objetivo; pues yo, como objeto, no me encuentro separado del yo sujeto que observa. Aunque la Ciencia no lo acepte (ya
hablaré en este blog y en otra ocasión de todo esto de lo objetivo y lo subjetivo),
lo que está fuera de mi, en este caso la realidad que observo, no carece, en si misma, de una cierta objetividad, aunque sea percibida por mis sentidos (los artilugios
de observación de la Ciencia
no son sino una prolongación de estos sentidos). Unos y otros solo traducen lo que cada sujeto considera realidad y toda traducción es siempre subjetiva. Luego, o la pretendida objetividad no existe, o lo subjetivo forma parte de una objetividad intrínseca para el que
observa. Bien, para no enrollarme más, lo que me interesa señalar es que mis
deducciones, apoyadas en el saber que configura mi persona, ofrecen los suficientes
elementos para abrir una investigación en esa dirección y considerar los aspectos
aparentemente menos lógicos, que podrían relacionar El Fuerte con otros aspectos
culturales más amplios y generalizados de que los expertos pretenden en su
reduccionismo.
(...)