<PUBLICADO
EN LA GACETA DE
CANARIAS EL 02/02/1992>
<PÁGINA>: LA
OTRA PALABRA
<TITULO>: La
Naturaleza de lo
Esotérico.
<AUTOR> :Alfiar
<ILUSTRACION>: La cualidad interna de cada cosa, de cada ser, es "Lo esotérico".
<CUERPO DEL TEXTO>:
Hace ya bastantes años, un hermano de
andadura por estos caminos del tiempo y del espacio llamado Diosdado, y que
ahora experimenta con la Luz y la Energía,
me propuso escribir una especie de Abecedario de lo "esotérico" que fuera
asequible a todos. En aquel momento me pareció una tarea sumamente difícil y
compleja, y dejé pasar el proyecto. Hoy, aunque me sigue pareciendo igual de difícil
y compleja, puedo ver el proyecto con ojos nuevos. Pienso que puede ser
interesante un acercamiento a este tema tan controvertido y sobre el que se
derrama tanta ignorancia. Así que comenzaré por intentar explicar en qué consiste la naturaleza del término "esotérico" sobre el que tiene una gran confusión la mayoría de las gentes.
¿Dónde reside la complejidad? ¿Por qué es
tan difícil explicar en forma sencilla y clara cual es la naturaleza de lo
esotérico?
El Diccionario nos dice que la palabra esotérico proviene del griego y que
significa interior, siendo un
adjetivo que hace referencia a lo secreto y oculto, a lo que aparentemente no está a la vista.
Mientras un sustantivo es la palabra que da
nombre a la realidad objetiva o subjetiva, el adjetivo expresa la cualidad que
se aplica a ese sustantivo. Así blanca
(adjetivo) es una cualidad de nieve
(sustantivo). De la misma manera, esotérico
(adjetivo) es la cualidad oculta o secreta, interior, de algo (sustantivo), por oposición a exotérico que es una cualidad exterior.
Dice también el Diccionario, refiriéndose a esotérico que es "el
conjunto de conocimientos que sólo se comunica, a los ya iniciados en una
determinada doctrina". Aquí parece existir una contradicción,
porque "un conjunto de conocimientos…"
suena a algo concreto, externo, a algo sustantivo. Pero la contradicción no es
tal, porque la Lingüística
nos dice que la realidad (significado) de las palabras en sí mismas, se
modifica si la palabra cambia su función en la expresión, es decir, si lo
sustantivo se introduce como cualidad de otro sustantivo, convirtiéndose así,
funcionalmente, en un adjetivo.
Así, pues, ese conocimiento interior que sólo se comunica a los iniciados no
es algo que venga de fuera, sino que es una cualidad interna de ALGO, de igual manera que blanco es cualidad intrínseca de nieve. En realidad, cualquier algo oculta una cualidad en su interior, esotérica.
¿Qué realidad es esa que tiene como cualidad
un conocimiento interior y que por
ello es oculto y secreto?
Permítanme contarles un cuento, un cuento
chino:
Vivía en la Antigua China un
Emperador que se pasaba el tiempo observando a sus súbditos por las ventanas
del Palacio. Mientras más los observaba, menos comprendía lo que veía, y su
corazón y su mente estaban llenos de preguntas que nadie podía responderle. Una
tarde, mientras paseaba por su jardín, se acordó de un Anciano Sabio que conoció
en su juventud, y pensó que le gustaría tenerlo allí para hacerle todas sus
preguntas. Y como se trata de un cuento, tal como lo pensó, ocurrió. El Anciano
Sabio apareció ante él y el Emperador comenzó a interrogarlo inmediatamente.
- Dime, ¡oh Hombre Sabio!, ¿por qué unos han
nacido armoniosos y otros deformes? ¿Por qué algunos son sabios y otros
ignorantes? ¿Por qué unos son comerciantes y otros artistas?... -las preguntas
se derramaban en cascada por la boca del Emperador-, ¿no te parece esto injusto?
- ¡Mira tu jardín! -le respondió el Anciano
Sabio-. ¡Mira las flores y las plantas!; unas viven mucho, otras solamente una
estación. ¿Por qué no me preguntas sobre los árboles? ¿Qué sucede con los
animales? ¿Por qué el tigre no tiene la gentileza del perro? ¿No encuentras
todo esto injusto?
- Pero eso que nombras, no son personas
dotadas de razón -replicó el Emperador.
- La
Vida que transcurre por la caña de bambú -continuó el Anciano
Sabio- es la misma que transcurre por el roble..., la que tiene el barrendero
de tu palacio es la misma que te anima a ti. Y esa Vida es la que conoces como
TAO, como Energía.
El Emperador se rascó la cabeza más
confundido que antes.
- Comprende -dijo el Anciano Sabio- que cada
ser y cada hombre es como una semilla, un grano de Luz, de Energía Divina, que
tiene una vibración, una nota, un sonido propio que le da la característica de
lo que es. Tú, como tu barrendero, eres una energía luminosa que ocupas un
cuerpo, una forma física, vives en él y lo utilizas. La energía que hay en ti,
tu verdadero YO, sabe como utilizar su forma personal si
la dejas expresarse, y lo hace mediante las experiencias que el hombre vive en
cada una de las etapas de su vida. Con cada experiencia vivida, esa Energía
adquiere más conocimiento y se hace más sabia y luminosa. Este incremento de Luz, te permitirá observar y comprender
algo diferente en las próximas experiencias.
El Emperador seguía confuso y miró fijamente
al Anciano Sabio quien, sin permitirle pronunciar palabra, continuó hablándole.
- Comprende que tu comprensión depende del
nivel de energía que te da vida. A medida que aumenta la vibración y la Luz
Interna se incrementa, tu cuerpo, tu corazón y tu cerebro
funcionan mejor y puedes aprender más. Por ello es necesario que la enseñanza
sea progresiva.
- Entonces -susurró el Emperador tratando de
elegir cuidadosamente cada una de sus palabras-, ¿cada ser humano sólo
comprende aquello que le permite comprender su propia Luz Interna, su propia Sabiduría
Interna? ¿Se debe a eso la diferencia que percibo en los seres?
- Cada ser -respondió el Anciano Sabio con
infinita paciencia- está guiado desde su interior por aquello que allí es y que
depende de su nivel de conciencia. Tu no puedes pretender que sea diferente.
Una parte de la Sabiduría, y ésta es
una de las lecciones más difíciles de aprender para los seres humanos, consiste
en no querer transformar a las personas en lo que no son, sino en aceptar lo
que son, en comprender su experiencia de vida. Cada ser humano, no importa cual
sea su situación en la vida, esto depende de lo que tenga que aprender, utiliza
su propia realidad personal con el conocimiento y la sabiduría que posee dentro
de los límites de su propia expresión.
El Anciano
Sabio hubiera deseado que el Emperador hubiera podido Ver y comprender más. Pero él sabía que la visión interior y la comprensión se despiertan lentamente. Se
requieren muchas vidas para que esa cualidad de conocimiento y sabiduría
inherente a la propia energía, la
Luz del propio Ser, se incremente y se exprese en su
verdadera naturaleza. El Corazón del Anciano Sabio estaba lleno de compasión
por su discípulo el Emperador, pero sabía,
su Luz Interna sabía, que no podría
hacer nada para que el Emperador viera
y comprendiera más profundamente, salvo orientarlo con
sabias palabras.
- Se trata -dijo con amor-, de que observes
lo que te rodea y lo conviertas en una parte de tu ser. Así podrás vivir en el
mundo sin miedo, sin frustración, sin cólera, sin juzgar, porque habrás
aprendido a observar.
- ¿Observar, qué? -preguntó el Emperador.
- La
Luz, la Sabiduría
y el Conocimiento de cada cosa
creada que se expresa a través de una forma. Esa capacidad de ser testigo, sin
identificarte con cada situación, te da un poder inconmensurable. Pero recuerda
que para que esa Luz pueda seguir
incrementándose, pueda seguir aumentando su conocimiento y sabiduría, debes
experimentar lo que vives. Si sientes pena o lástima por los demás, te
identificas con ellos, te haces una parte de lo que ellos son y entonces no dejas
que tu energía se desarrolle al máximo. Aprende a utilizar tu poder, pero para
utilizarlo al máximo no debes dejar que la energía de los demás controle la
tuya. Puedes percibir a los demás, aprender de ellos, pero mantén una actitud
de observación. Esto no quiere decir que no deba existir en tu corazón Amor y Compasión por todos los seres, ni que deje de fluir hacia ellos.
Aprende que las inspiraciones, las visiones interiores, las intuiciones que
puedas tener, son tu riqueza, tus joyas, aquello que se convierte en tu fuerza,
en tu realización, en tu plenitud. Pero no hagas tú lo que deben hacer ellos,
ni les pidas que ellos hagan lo que debes hacer tú.
Y de la misma manera que apareció, el Anciano
Sabio desapareció de la presencia del Emperador. Y cuenta la historia, que el
Emperador aprendió a resolver los problemas que la vida le enfrentaba con su saber, que era la cualidad de su propia
Luz. También descubrió que al
hacerlo, su Luz Interna, la Esencia
de su Ser, se iluminaba más y más. Y
es que todo lo que necesitaba estaba oculto dentro de su propia Esencia.
¿Se dan cuenta ahora donde reside la
complejidad para explicar en forma sencilla cual es la naturaleza de lo esotérico? O, dicho de otra manera,
¿comprenden por qué no se puede explicar ese conocimiento que es cualidad de
nuestro Ser Interno? Porque esa Chispa
de Luz que late en nuestro interior y que tiene un Conocimiento y Sabiduría
propia, es lo esotérico. Y ese Conocimiento sólo es accesible a los
iniciados, es decir, a aquellos que han aprendido a expresarlo.
Como le dijo el Anciano Sabio al Emperador,
la primera tarea del estudiante esotérico es observar. La observación le hace
comprender la naturaleza de las energías que se expresan en la manifestación de
las formas físicas y que tratan de condicionarle. Observar también las
expresión de las energías propias y ver
como es su actuación en relación con las otras energías. Y, en la medida que
observa, tratar de desprender su conciencia de las realidades llamadas físicas,
tratar de desarrollar al máximo la sensibilidad necesaria para responder en
forma consciente a la cualidad de la
Vida que predomina en cada ser; hasta que con el tiempo,
pueda llegar a conectar con la
Cualidad de la Vida Una.
El Esoterismo
es una Ciencia: la Ciencia del Alma de todas las cosas. A través
de este Alma el estudiante pretende
conocer cual es la Naturaleza y la Cualidad
de la Esencia de
Dios. Como toda Ciencia, tiene su terminología, sus experimentos, sus
deducciones, sus fórmulas y axiomas, sus expresiones simbólicas y sus leyes.
Son los elementos referenciales de su Conocer.
Por Alma hay que entender esa
energía animadora cuya cualidad interna es el Conocimiento y la Sabiduría Divina.
El estudiante esotérico debe comenzar
descubriendo la naturaleza de sus propias energías cualificadas que se expresan
por su realidad física, vital, emocional y mental; debe aprender a manifestar
la energía de su personalidad integrada; más tarde, con ayuda de técnicas de
concentración y meditación, el estudiante esotérico, comienza a desarrollar el
mecanismo interno a través del cual puede establecer contacto con aspectos más
universales. Así, cuando esa Semilla de
Energía Divina, que ha ido creciendo vida tras vida, acceda a la Fuente
de donde emana toda Vida, Sabrá, Conocerá, lo que ella Es.
Y lo Será porque la habrá adquirido en sus experiencias, y esa adquisición la
tendrá como cualidad interna, que será el Saber
y el Conocimiento de su Realidad Una.
Así que dejen de llamar esotérico a todo aquello que no lo es.
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