Lago Titicaca (Los Andes) |
Antiguo dibulo del Templo del Sol en la Isla del Sol en el lago Titicaca (Bolivia) |
El mito andino cuenta como la creación del mundo fue llevada a cabo por el dios Viracocha en una isla del lago Titicaca, llamada Titicaca y de la que el lago tomo su nombre y que significa "Acantilado del Puma", hoy Isla del Sol, porque en ella se conservan las ruinas de un templo inca dedicado al Sol.
Este vasto lago de agua dulce se situa a 3.800 metros de altitud en pleno altiplano andino como si fuera una imensa gema de lapislázuli.
La leyenda cuenta que hace mucho, mucho tiempo, cuando aún no había luz por encima de las aguas quietas y plomizas del lago, fue cuando Viracocha creó el Sol, la Luna y las estrellas, ordenándoles que se elevaran por encima de un acantilado de roca negra que dominaba el lago. Ese acantilado se encuentra en la hoy Isla del Sol. Luego, Viracocha creó a todas las tribus de los Andes, cada una con su vestimenta, con su lenguaje y sus constumbres las cuales, desde entonces, les caracterizan y les ordeno que salieran de las cuevas, las fuentes y los troncos de los árboles en los centros de las que serían sus respectivas patrias.
En las distintas versiones de este mito, se nos cuenta el origen de lo que hoy conocemos como civilización andina. Cada tribu tenía su "huaca" que representaba el origen de su linaje, linajes que tenían su origen en Viracocha.
El documento (podríamos llamarlo así) de posesión de los territorios tribajes, estaba sellado con la referencia de cada grupo a su lugar de origen llamado "Pacarina", que literalmente significa "el lugar del amanecer".
Esta introducción mítica viene a cuento para comunicarles que, hasta primeros de Septiembre, me marcho al Titicaca con la intención de ver directamente lo que queda de aquello que fue la civilización de los "Ayllus" o civilización agrícola creada por Viracocha. También visitaré Tihuanaco, Cuzco y Machu Pichu, lugares cuya fundación se remonta a un tiempo muy anterior al de cuando los Incas aparecieron en la Historia. Hablaremos de ello algún día. Lo que ahora me importa, no es lo que se sobre esos lugares, sino percibir lo que uno puede sentir en ellos. No me gustaría irme de este mundo sin haberlo hecho. Hasta pronto.
Viracocha en la Puerta del Sol de Tiahuanaco. |