EL
SERMÓN DE LA MONTAÑA
(Continuación)
2ª Parte
El Sermón, comienza con estas palabras:
1º: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos
es el Reino de los Cielos."
Jesús, el Cristo,
(una palabra griega que significa “ungido”),
es el mensajero del Reino, viene de
un lugar más alto, de otro nivel de realidad, y por ello les habla desde la
cima de un monte; desde el centro de ese lugar más elevado, les habla con el
nivel de comprensión que tienen los
"ciudadanos del reino", aunque
intenta acercar su lenguaje a la comprensión
de aquellos que se han esforzado en elevarse
hasta Él por una “metanoia” y, por su
esfuerzo, se han separado de la literalidad de la "tierra" y ya no preguntan lo que tienen que hacer.
Es a ellos a los
que les dice lo que tienen que ser. Y
lo primero que tienen que ser para que el Reino sea de ellos, es "Ser pobres de espíritu". Alude a
lo que tienen que llegar a ser en si mismos. Tienen que cambiar su mente, y luego llegar a ser "pobres de espíritu". Y esto es la consecuencia de una "transformación interior", fruto de
un "trabajo interior", porque
el Verbo es un medio para
restablecer el vínculo entre el nivel llamado "Tierra" en el hombre y
el nivel llamado "Cielo"
en el hombre.
(...)
(...)