domingo, 30 de junio de 2013

ALOE y las "Conferencias del Viera"



 <PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 05/01/1992>
<PAGINA>: LA OTRA PALABRA
<TITULO>: ALOE Y Las "Conferencias del Viera"
<FIRMA>: Alfiar
<SUMARIO>:Procura firmemente no censurar a nadie, ni aún de pensamiento. ¿Qué sabemos de las verdaderas causas de los actos ajenos?
<CUERPO DEL TEXTO>:


   En el último trimestre de 1991, algo importantes ha ocurrido en Santa Cruz de Tenerife. ALOE (Aula Libre de Orientalismo y Ecología) organizó un ciclo de conferencias de carácter quincenal que nos ha permitido conectar, no sólo con grandes personalidades del campo de la Ciencia y de la Cultura, sino con las ideas que estas personalidades nos transmitieron referente  a un viejo pleito humano: el tema Oriente y Occidente. Dos maneras de ver el hombre y el mundo del hombre. La pretensión de ALOE, al que prestó su colaboración el Patronato de Cultura del Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, era intentar un acercamiento entre las posturas y visiones de ambos mundos; pero, realizado este intento desde puntos de vista actuales, rigurosos y fundamentados.
(...)


   Cuando Alejandro Togores y el grupo de personas que con él colaboran me hablaron de ALOE, me pareció una idea lo suficientemente original e interesante, como para funcionar allí donde tantos intentos de este tipo habían fracasado.
   ALOE es un proyecto cultural que se circunscribe a una idea: la idea de que las soluciones de nuestro mundo no están en el enfrentamiento que causa la diversidad; sino en la complementariedad que esa misma diversidad aúna en sus orígenes creadores más profundos. Me llamó la atención lo que la palabra encerraba en su significado. El áloe o aloe, de las dos manera puede decirse, es una planta de la familia de las liliáceas, cuyo jugo amargo se emplea en medicina y en la fabricación de esencias. Otro nombre para este jugo es el de acíbar. Y pensé que si lo que este grupo pretendía era extraer la esencia de lo humano para ponerlo al alcance de los demás hombres, iba a ser esta una destilación, por lo menos tan amarga y a la vez tan fructífera, como la del propio áloe. Pero destilaciones así, trabajos e intentos de este tipo, son los que necesitamos en estos momentos de crisis planetaria, en que los cambios sociales, políticos y culturales se mueven en un oleaje ininterrumpido y a un ritmo trepidante.
"Nuestras actividades -dice el folleto de presentación de ALOE- van encaminadas fundamentalmente hacia aquellos aspectos menos conocidos de Oriente y Occidente y cuyos fundamentos requieren mayor cantidad de información como es el caso del sentido de lo ecológico o ciertos aspectos de culturas orientales a los que, en los últimos decenios, nos hemos abierto y de los que, salvo en los sectores muy interesados, no se tiene un conocimiento mínimo que permita realmente saber lo que significa Budismo Zen, Artes Marciales, Ceremonia del Te, Vedanta o las viejas enseñanzas de la Medicina China o del Taoísmo pese a la extraordinaria influencia que han tenido en el occidente del último medio siglo."
   Hay aquí una gran verdad. Occidente en los últimos cien años se ha ido llenando de Oriente. Y lo ha hecho de una manera compulsiva; un poco de la misma manera que lo hizo el período de la decadencia del Imperio Romano, cuando Roma y el Imperio se llenaron de cultos venidos de Oriente. Algún día escribiremos sobre este paralelismo histórico. Pero ahora, al igual que entonces, gran parte de esa afluencia lo ha hecho a causa del desencanto, del rechazo, o del abandono de los valores de nuestra propia cultura. Una ley pendular en la estructura psicológica funciona en estos casos; ley que hace que se bascule hacia los aspectos contrarios y opuestos: así pues, se abandonan las ideas occidentales y se adquieren las orientales sin ninguna reflexión consciente del hecho, en la mayoría de los casos. Precisamente, unos de los conferenciantes traídos por ALOE, Antonio Vázquez, catedrático de Percepción e Inteligencia así como de psicología de la Religión, al hablar de Jung, hacía referencia a este hecho señalando la unilateralidad en que se expresaban ambas culturas y la necesidad de traducir las realidades culturales al pasar estas de un lado a otro. Y esta traducción, este llevar más allá, que es lo que significa etimológicamente la palabra traducir, es lo que no se realiza. También hacía referencia a la necesidad de una complementariedad entre ambos modos de ver la vida, el mundo y el hombre, si queríamos salir de la crisis en que se debate nuestro planeta.
   El ciclo de las Conferencias del Viera comenzó el 20 de Septiembre con la disertación del Lama Djimpa que nos habló del Budismo como una terapia trascendental para Occidente. Expuso una idea básica: la solución estaba en la aceptación en Occidente del hecho de que la muerte es solo un proceso de evolución y de que lo que persiste en toda la realidad es algo llamado Vida. Citó las palabras de su maestro Kalu Rimpoche expresando que:
"uno no debe luchar por cambiar su entorno, sino que tiene que transformarse primero así mismo, por medio del Amor y la Compasión hacia todos los seres y desarrollar la comprensión de la verdadera naturaleza de su mente. Pues es sólo de esta manera como podrá verdaderamente contribuir a la paz y armonía en el mundo."
   El Lama Djimpa me regaló un folleto escrito por su maestro titulado "Como contribuir a lograr la Paz Mundial" en el que encontré estos mandamiento de conducta. Si fueran practicados por un mayor número de personas, ellos mismos serían la terapia que, no ya Occidente, sino el planeta entero necesita. Son diez los preceptos:
  1. Busca en ti mismo la fuerza del propósito, la fe en la propia regeneración. Tu divinidad te espera. Esfuérzate en hallarla y actualizarla.
  2. Practica en todo momento la religión universal del Bien sin distinción de creencias, de clases, de partidos, de intereses, de nacionalidades, de razas, de reinos de la naturaleza.
  3. Relega al olvido tus faltas y limitaciones pasadas, para renacer con renovados estímulos a una vida mejor. Entonces, tácitamente, serás merecedor de la invisible ayuda.
  4. Practica la simpatía y adquiere el hábito del contento a través de todas las circunstancias. Decídete a realizar el leve esfuerzo de prescindir de los pequeños defectos. lucha con todas tus fuerzas contra la dispersión, contra la tristeza, contra el tedio, contra el mal humor. Combate los métodos dominantes de actitud y grosería e impone la condición de ser siempre y con todo el mundo amable.
  5. Procura dar todas las facilidades posibles a los demás. Ayúdalos a descubrir su camino más noble y a seguirlo. Haz, de la generosidad de pensamiento y acción, tu ley silenciosa.
  6. Procura firmemente no censurar a nadie, ni aún de pensamiento. ¿Qué sabemos de las verdaderas causas de los actos ajenos? Esfuérzate, por el contrario, en comprender.
  7. Adopta una divisa solar, de alegría, a todas horas. Entonces, la luz oculta que guía al mundo te la incrementará y te sorprenderán a ti mismo los resultados.
  8. Procura no auto-exaltarte ni auto-compadecerte. O sea, no pensar demasiado en ti mismo, si no es con el fin de perfeccionarte.
  9. Invoca la armonía como fórmula de salud integral, de equilibrio del cuerpo y del espíritu. Porque la armonía es la ley suprema del Universo.
  10. Irradia con humildad tu mensaje viviente de belleza, de espiritualidad y de paz, en un mundo atormentado, materializado, desorientado. El necesita de tu eficaz contribución. Ofrécesela. Ofrécele tu mente positivizada, tu cuerpo puro, tu aura armoniosa, tu contentamiento irradiante, tu fe sin límites en la bondad de la vida y en las leyes que conducen a un alto fin, la evolución humana."
   Todo el resto del ciclo, hasta el final en que se volvió al tema de la muerte o, mejor dicho, de la persistencia de la vida después de la muerte del cuerpo físico, y en el que expuso sus experiencias Raymond Moody, transcurrió en una visión de los problemas planteados al mundo por el desarrollo de la Ciencia, y la visión de los nuevos paradigmas en las mentes de nuestros pensadores más representativos. Isidro Palacios nos habló de "La Ciencia ante el III Milenio"; Francisco Oleza de la posición de "El hombre entre el Cielo y la Tierra"; Enrique Miret Magdalena nos cautivó con su charla sobre un tema poco comprendido en nuestros días, "El Silencio, una coincidencia entre Oriente y occidente"; José M. R. Delgado que, desde el campo de la neurobiología nos planteó, en "Impulso hacia la Conquista de la Libertad y Felicidad", la realidad de que "cada uno de nosotros somos los trazos de los mensajes adquiridos en la vida e impresos en las neuronas"; señalando que, la identidad personal depende de este sistema referencial grabado en nuestro sistema nervioso a partir del nacimiento como ideas, creencias, hábitos de conducta, y con ello, la posibilidad de ser o no feliz, pues, en esos trazos se inscriben también algo que él llamo Virus ideológicos, cuyos mensajes fuerzan a la naturaleza humana a sintetizar realidades dañinas. Dejó un mensaje alentador diciendo que en la medida en que la Ciencia de la Neurobiología empieza a comprender como somos por dentro, surge la posibilidad de modificar estos pautas negativas que hacen la infelicidad del ser humano. El final del ciclo estuvo presidido por Antonio Vázquez con su bella charla sobre "Jung y el encuentro Oriente y Occidente"; Francisco López-Seivane con el tema de "La Reencarnación" y Raymond Moody con sus "Experiencias en el Límite de la Psicología experimental". Para aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir al ciclo completo, constituyó un auténtico gozo  el poder compartir la experiencia y acceder a esas nuevas ideas que nos permitan pensar de un modo diferente.
   Quisiera terminar haciendo una reflexión contra esa tendencia, tan humana por otra parte, de abandonar y despreciar aquello que tenemos y que forma parte de nuestra identidad para, luego, adoptar aquello que, por lejano y novedoso, atrae a nuestra emotividad. Y no se trata aquí de que en las diversidades culturales que configuran la realidad de eso que llamamos Oriente y Occidente no haya elementos e ideas valiosos y necesarios a tener en cuenta para encontrar la solución de los problemas que nos aquejan; de la misma manera, en ambos mundos, existen aspectos e ideas a los que habría que renunciar, por ser motivadoras de sufrimiento e infelicidad. Tal vez de lo que se trata es de tomar un punto de vista, no sólo más sintético, sino sobre todo, más consciente, más elevado. Me explicaré: dice la Tradición que la Luz nace en Oriente y viene de Oriente. Es evidente que Oriente para nosotros es Asia. Pero astronómicamente, y a causa de los movimientos de rotación y de traslación del propio planeta, cualquier punto de la superficie del globo terráqueo ve nacer la luz por su oriente y ponerse por su occidente. Si tomamos esta realidad como símbolo de una nueva visión, algo se hace evidente: la LUZ que necesitamos, está en cualquier parte, en cualquier hombre, en cualquier idea o filosofía, en cualquier cultura y civilización; porque en cualquier punto de esa unidad multiúnica que es el planeta Tierra, nace la Luz. Esta visión más amplia dice que ella, la Tierra y lo que contiene -y la Tradición ratifica que contiene a Dios, al Hombre y a la Naturaleza-, es la Luz Una. Tal vez por ello, un viejo ritual iniciático decía: Contemplemos y comprendamos como el Uno se convierte en los Muchos.



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